Un suicida se inmoló este jueves en la ciudad argelina de Batna poco antes de una visita del presidente Abdelaziz Bouteflika, causando la muerte de 14 personas, informó el ministro del Interior.
Bouteflika, que visitó a algunos de los muchos heridos de la explosión en un hospital, acusó a los rebeldes islámicos, calificándolos de "criminales".
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"Estas personas están trabajando en interés de capitales y líderes extranjeros", dijo sin entrar en detalles.
Los residentes dijeron que la explosión se produjo entre la multitud congregada para ver la llegada del presidente a la población, situada a 430 kilómetros al sureste de la capital, Argel.
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El ministro del Interior, Noureddine Yazid Zerhouni, indicó que 14 personas murieron y 60 resultaron heridas, la mayoría levemente, según informó la agencia oficial de noticias APS. La televisión estatal había facilitado previamente la cifra de 15 muertos.
Bouteflika acusó a los islámicos de tratar de hacer fracasar su política de reconciliación nacional, que está destinada a poner fin a 15 años de lucha entre el Ejército y los grupos que tratan de crear un estado islámico purista.
"Los actos terroristas no tienen nada en común con los nobles valores del Islam", citó APS.
Bouteflika añadió en un discurso posterior en la televisión estatal que nunca abandonará la política de reconciliación nacional.
El conflicto en Argelia estalló en 1992, después de que las autoridades respaldadas por el Ejército anularon unas elecciones parlamentarias que un partido islámico se disponía a ganar. Las autoridades temían una revolución islámica.
Se cree que hasta 200.000 personas han muerto en 15 años de violencia.
En los últimos años, la violencia política ha decrecido, pero un núcleo duro de unos 500 rebeldes, ahora reagrupados en la denominada Organización Al Qaeda en el Magreb Islámico, continúa luchando principalmente en la región de Kabylie, al este de la capital.