Después de las protestas de Ecuador ante Bélgica, la Policía belga desmintió este martes haber maltratado o golpeado a la niña ecuatoriana Angélica Cajamarca y a su madre Ana, el lunes, cuando las llevaban al aeropuerto Schiphol-Amsterdam con miras a su expulsión hacia Quito.
Ecuador anunció el lunes su intención de presentar una nota de protesta ante Bélgica luego de informes que señalaban supuestos malos tratos que habrían sufrido Angélica, de 11 años, y sobre todo su madre, antes de que fueran liberadas a último momento el lunes al anochecer por orden de un tribunal belga.
La Policía federal belga, acusada por las dos ecuatorianas y su abogada, Selma Ben Jalifa, en base a un examen médico que aseguraba que Ana Cajamarca tenía señales de golpes, y de indicaciones de que su hija también había sido maltratada, desmintió "formalmente" en un comunicado haberlas "golpeado o maltratado". También exigió "que todas las declaraciones erróneas" al respecto "sean rectificadas".
El jefe del departamento de policía del aeropuerto de Zaventem, Bruno Franckx, dijo a la prensa "que no tenía ninguna explicación" sobre los eventuales rastros de malos tratos, y afirmó que su servicio "ni siquiera había tocado" a las dos ecuatorianas, que le fueron entregadas por la Oficina de Extranjeros para su traslado por la ruta hacia el aeropuerto de Schiphol-Amsterdam.
Aunque desmintió la implicación de su departamento, se negó a acusar a la Oficina de Extranjeros, considerando que una investigación sobre la forma en que se habían desarrollado los acontecimientos aclararía el caso.
Caso previo de muerte
La Policía del aeropuerto de Zaventem quiso publicar este desmentido porque en 1998 fue afectada por el caso de la muerte por asfixia de una joven africana que se resistió a su expulsión, Semira Adamu, explicó una fuente policial.
La nota de protesta de Ecuador quiere destacar, según el ministerio ecuatoriano, "el hecho de que el maltrato físico y psicológico al que han sido sometidas nuestras compatriotas es inaceptable y violatorio a los acuerdos internacionales de protección de los derechos humanos".
El tribunal belga, que falló en situación de urgencia, no cuestionó el lunes la expulsión de las dos ecuatorianas, que residían ilegalmente en Bélgica desde hacía cinco años, pero consideró que la detención de Angélica en un centro cerrado desde el 30 de junio había violado las convenciones internacionales.
Este caso, que causó indignación en Bélgica, también fue seguido con atención en Ecuador durante las dos últimas semanas. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante un viaje privado a Bélgica, visitó a las dos ecuatorianas el 17 de julio y trató infructuosamente de interceder en su favor.