El empresario Claudio Spiniak, el mayor pederasta descubierto en Chile, fue condenado este jueves a cinco años de cárcel por abusos sexuales reiterados con cuatro niños, sin que se le pudieran comprobar otros cargos de asociación ilícita, violaciones y producción de material pornográfico.
La sentencia fue dictada por el juez Manuel Valderrama, al cabo de un proceso que se extendió por casi tres años, en un escándalo que causó la destitución de otro juez, envolvió al mundo político, puso en dificultades a un senador y llevó a la cárcel a un sacerdote católico que optó por colgar su sotana.
"La verdad judicial se refleja en una sentencia y ojalá que coincida con la verdad real", dijo el juez Valderrama después de entregar su veredicto.
El "Caso Spiniak" estalló como una bomba de tiempo el 30 de septiembre de 2003, cuando el empresario, dueño de un exclusivo gimnasio en una elegante zona residencial de Santiago, fue detenido junto a una decena de colaboradores bajo la acusación de encabezar una red de pedofilia y prostitución infantil.
Dos semanas después el escándalo se trasladó al mundo político, cuando la senadora derechista María Pía Guzmán afirmó que tres parlamentarios, a los que no identificó, formaban parte del "círculo íntimo" de Spiniak.
La denuncia, nunca comprobada, desencadenó una ruptura entre las dos corrientes de la derecha opositora: el Partido Renovación Nacional (RN) de la legisladora denunciante, y la Unión Demócrata Independiente (UDI) cuyo presidente, el senador Jovino Novoa, aparecía como uno de los involucrados en "las fiestas de Spiniak".
El escándalo creció cuando la joven Gema Bueno afirmó que en su época adolescente se prostituyó para el senador, pero meses después negó la versión y dijo que fue inducida a entregar ese relato por el sacerdote José Luis Artiagoitía, conocido entre sus feligreses como el "Padre Jolo".
Ambos fueron condenados en mayo pasado a tres años y un día de prisión que podrán cumplir en libertad vigilada y el religioso renunció a su labor sacerdotal.