El hotel Sheraton de ciudad de México, cuya clausura fue levantada temporalmente este miércoles y que provocó un escándalo tras expulsar a 16 funcionarios cubanos, fue considerado por Fidel Castro como prueba fiel de la extraterritorialidad del embargo de Estados Unidos a Cuba.
La noticia del cierre fue ampliamente divulgada en los medios cubanos este miércoles, y aunque no ha habido una reacción oficial en La Habana, Castro adelantó su criterio sobre el incidente en una intervención ante una delegación de funcionarios y empresarios de China el 17 de febrero, a la que tuvo acceso la AFP.
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En su primera referencia pública a la expulsión de los cubanos del hotel María Isabel Sheraton, el presidente cubano señaló que hechos como ése demuestran "cuán nociva, cuán prepotente, cuán estúpida es la política del imperio".
El Sheraton "se ha hecho famoso por la infamia de su gobierno, por la práctica del intervencionismo en los asuntos internos de otros países y de la extraterritorialidad de sus bochornosas leyes", dijo Castro.
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El gobernante cubano citó el caso del hotel para ilustrar lo que a su juicio es un ejemplo de la diferencia entre la política de China, que colmó de elogios, y de Estados Unidos, cuya acción calificó de "infamia".
"Han puesto en crisis al gobierno mexicano al prohibirle que alojaran a una delegación cubana que estaba conversando con empresas norteamericanas sobre cuestiones energéticas", dijo el mandatario en la intervención a la que no tuvo acceso la prensa extranjera.
"Verdaderamente es raro y extraño que hayan sido capaces de cometer la estupidez de forma tan estúpida. El que ocurran esos hechos nos ahorra muchas palabras y muchos argumentos", subrayó el mandatario.
Las autoridades de la ciudad de México, que multaron además al hotel con 15.000 dólares, argumentaron que el Sheraton incurrió en 15 faltas administrativas, halladas en una revisión tras el escándalo de los cubanos expulsados el pasado 3 de febrero por presiones estadounidenses.
Sin embargo, la tarde de este miércoles, las autoridades municipales de la ciudad de México dieron marcha atrás y levantaron la clausura del hotel durante 72 horas para que resuelva definitivamente las irregularidades de las que lo acusan.
Varios analistas en México creen que detrás de la sanción está una respuesta indirecta al roce diplomático que provocó un enfrentamiento a tres bandas.
Washington aprobó públicamente la expulsión de los cubanos, tras confirmar que la cadena Sheraton obedeció la legislación anticastrista que prohíbe a negocios estadounidenses atender intereses del régimen de La Habana.
La medida fue justificada por las autoridades norteamericanas en base a la aplicación de la ley Helms-Burton aprobada en 1996, que recrudece el embargo que mantiene Estados Unidos sobre Cuba desde hace casi 44 años.
Ante la medida, el gobierno mexicano reaccionó con irritación e incomodidad y dijo que tomaría represalias; mientras que La Habana aprovechó para fustigar a México.
Pocos días después del incidente, el diario oficial Granma señaló que la reacción "insegura e indecisa" de México, en particular del canciller Luis Ernesto Derbez, le provocaba sentimientos "que van desde la indignación a la lástima".
El incidente del hotel María Isabel Sheraton echó leña al fuego de los numerosos desencuentros entre Cuba y México, iniciados poco después de la llegada del presidente Vicente Fox a Los Pinos, hace casi seis años.