En este período se detecta también el éxodo de artesanos y campesinos hacia EE.UU. y Canadá, todos con la regularización respectiva incluso para familias completas. No existían barreras fronterizas. Se inicia además la salida de los indígenas otavaleños (imbabura), quienes hasta hoy recorren el mundo con sus artesanías, aunque siempre retornan a su terruño.