“Monstruo”, “cerdo”, “asesino”. Michael Schiavo recibe todo tipo de insultos y es el malo de la película en la tragedia de su esposa, Terri, aunque nunca la dejó sola en 15 años y la cuida siempre, aunque ahora vive con Jodi Centonze, a la que llama su “prometida”, y con quien tiene dos hijos.