El Congreso de Bolivia rechazó ayer por “inaceptable” y contraria a la Constitución la propuesta del presidente Carlos Mesa de adelantar las elecciones generales en dos años.

Mesa planteó llamar a comisiones el 28 de agosto del 2005, dos años antes de lo previsto, agobiado por una crisis política y social y debido a que la Cámara de Diputados le dio la espalda a su proyecto de ley de hidrocarburos.

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Mesa no renunciará
Mesa anunció anoche que no renunciará pese a que el Congreso rechazó su pedido de adelantar las elecciones.

En un mensaje televisado a la nación, Mesa despejó los rumores y versiones de algunos de sus allegados que indicaban que si el Legislativo denegaba su solicitud renunciaría irrevocablemente.

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Pero en su locución señaló que no le dará la espalda a Bolivia y que se mantendrá en el cargo para no cederlo. El presidente del Senado, Hormando Vaca Diez, expresó que no tiene la legitimidad del voto.

Antes de anunciar que se mantenía en el cargo, Mesa se reunió con el alto mando militar y policial, con miembros de la jerarquía de la Iglesia Católica, y con una treintena de legisladores que lo apoyan. Aparentemente, consultó a ellos si era conveniente que se quedara o que dimitiera.

Partidarios del gobernante, como el diputado Willman Cardoso y el senador Filemón Escobar, anunciaron antes de la votación que si el Congreso rechazaba su pedido, Mesa renunciaría irrevocablemente.

El mandatario había enviado el miércoles al Congreso un proyecto de interpretación del artículo 93 de la Constitución, que prevé la sucesión presidencial.

El principal líder opositor, el diputado indígena cocalero Evo Morales, explicó que la propuesta era inconstitucional y postergaba cambios profundos al modelo económico y el sistema político, pues mantiene el nivel de pobreza del país.

“Es la gran trampa para el pueblo boliviano”, manifestó Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS), que dirigió los bloqueos de carreteras durante más de dos semanas en este país andino.