A más de 120.000 muertos asciende el saldo provisional del maremoto que barrió el domingo el sureste asiático, donde más de cinco millones de personas han perdido sus casas, mientras las réplicas seguían aterrorizando este jueves a los ya traumatizados supervivientes.
Solo en Indonesia, el país más afectado por el sismo del domingo y el maremoto que lo siguió, han muerto al menos 79.940 personas en el norte de la isla de Sumatra, anunció este jueves a la AFP un responsable del ministerio de Sanidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) unos "cinco millones de personas están desplazadas y se encuentran en peligro en la región", declaró a la AFP Harsaran Pandey, la portavoz de la organización en el sureste asiático.
Según la máxima autoridad mundial en materia de salud, entre uno y tres millones de personas están desplazadas en Indonesia y otro millón en Sri Lanka. El resto se distribuye por India, Maldivas y otros países afectados.
La estimación se produce al mismo tiempo que se anunciaban nuevos maremotos, lo que llevó a miles de personas a refugiarse tierra adentro en India.
"¡Qué vienen las olas!, gritaba la gente mientras huía a pie, en autobuses o en cualquier medio de locomoción disponible.
El último terremoto, de 5,2 grados en la escala de Richter, sacudió la ciudad de Medan, en el noroeste de la isla de Sumatra, en Indonesia, hacia las 04H00 locales (21HOO GMT del miércoles), después de otras dos réplicas de 5,1 y 5,2 la noche anterior, aunque los expertos aseguraron que no tenían suficiente intensidad para provocar nuevos maremotos.
El del domingo se produjo después de un sismo de intensidad 9,0 a 150 km de Sumatra.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, pidió este jueves a Naciones Unidas la convocatoria de una conferencia internacional para discutir de la ayuda.
Yudhoyono dijo que ya cuenta con el apoyo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y del presidente estadounidense, George W. Bush.
Bush anunció el miércoles la creación de un equipo integrado por Estados Unidos, Australia, Japón e India al que pueden sumarse otras naciones, para liderar los esfuerzos de coordinación de la ayuda humanitaria, papel realizado tradicionalmente por Naciones Unidas.
El coordinador de la ayuda de emergencia de Naciones Unidas, Jan Egeland, dijo de esta iniciativa: "Creo que complementa de forma excelente nuestros esfuerzos de coordinación".
Mientras tanto, empezaban a concretarse los esfuerzos internacionales para llevar ayuda humanitaria a la devastada provincia de Aceh, en el norte de la isla indonesia de Sumatra, aunque persistían los problemas para encaminarlos por las destruidas carreteras.
Pero mucho antes de que la maquinaria burocrática de la ayuda entre en funcionamiento, la gente de la calle en las zonas devastadas ha empezado a ayudar a los supervivientes.
Historias de una generosidad conmovedora surgen del caos y el dolor. En Indonesia, Sri Lanka, Tailandia e India, los países más afectados por el maremoto del domingo, la gente ha donado ropa, alimentos y cura a los heridos.
Otros ayudan a enterrar a los miles de cuerpos que tapizan las playas y las calles, convirtiéndose en una seria amenaza a la salud pública.
"He oído que necesitan ayuda, por eso he venido", explicó Sangitan Senaphan, un voluntario de 20 años en el hospital de Phuket, en Tailandia.
"Simplemente quiero ayudar a la gente", dijo el hotelero Khun Wan que ha ofrecido alimentos y alojamiento a los turistas extranjeros que tratan de hacer frente a la tragedia.
En Tailandia, el balance podría alcanzar los 6.800 muertos, según el primer ministro Thaksin Shinawatra.
Según el ministerio del Interior, más de 700 extranjeros figuran entre los 2.394 muertos oficiales.
En India, se han contabilizado 11.300 muertos.
Cerca de mil suecos y otros tantos alemanes, 420 noruegos, 90 franceses y 13 españoles están desaparecidos y Suiza no tiene noticias de unos 1.200 de sus ciudanos.
Muchas familias en la región han abierto sus casas a los supervivientes y muchos desconocidos se quitan las camisas para dárselas a los extranjeros que sólo han logrado salvar los bañadores que llevaban puestos.
El balance de muertos provisional en Sri Lanka es de 24.743 personas y 4.916 personas siguen desaparecidas.
En Indonesia, la pesadilla continuaba este jueves, ahora también de la mano de los ladrones y saqueadores.
Mientras los socorristas luchaban para acceder a algunas zonas, la desesperación ha llevado a una ola de delitos sin precedentes en una región profundamente religiosa, en la que los delincuentes campan a sus anchas pues tanto la policía como los militares están dedicados a las labores de salvamento.
La respuesta internacional no se ha hecho esperar, tanto oficial como privada. El millonario de Hong Kong Li Ka-shing donó 3,1 millones de dólares. La empresa textil española Inditex, propietaria de la marca Zara, ha donado 1 millón de euros y las agencias de ayuda de muchos países están sorprendidas con la generosa respuesta popular. Los británicos han donado la cantidad récord de 38 millones de dólares en sólo dos días.
Los niños han sido los más afectados por la tragedia. Unos arrastrados por las aguas, otros, perdiendo a sus padres y hermanos. Para la mayoría, los asesinos tsunamis vuelven una y otra vez en sus pesadillas.