Catorce muertos y cinco heridos dejó una masacre en  el departamento de Valle, atribuida por las autoridades a una guerra entre  narcotraficantes en esa región del suroeste de Colombia, donde este año se han  cometido unos 3.000 homicidios, especialmente en desarrollo de esa lucha.
 
La matanza se produjo la noche del domingo en una finca de recreo en el  municipio de Candelaria (500 km al suroeste de Bogotá), en donde irrumpieron  una docena de encapuchados armados con fusiles, dijo este lunes el alcalde de  la localidad, Oscar López.
 
Ocho personas murieron en la hacienda, mientras que otras cuatro  fallecieron en un hospital de la ciudad de Cali -capital de Valle- y dos  integrantes del escuadrón fueron abatidos por policías que acudieron al lugar.
 
Entre las víctimas mortales se encuentran un niño de tres años y una mujer  con cuatro meses de embarazo, en tanto que uno de los heridos es un menor de 15  años, agregó el reporte.
 
Uno de los atacantes muertos es un ex soldado que desertó del Ejército y  contra quien existía orden de captura, según se indicó.
 
La policía señaló que en la persecución a los delincuentes fueron  decomisados tres fusiles, tres chalecos antibalas, una granada, un  lanzagranadas, proveedores y munición para fusil y cuatro automóviles.
 
Las autoridades atribuyeron el hecho en principio a venganzas entre  narcotraficantes. "Todo indica que detrás de esta masacre, condenable desde  todo punto de vista, están grupos de criminalidad organizada al servicio del  narcotráfico, de paramilitares", sostuvo el gobernador de Valle, Angelino  Garzón.
 
El comandante del Ejército, general Martín Carreño, detalló que se trataría  de una disputa entre el jefe del cártel cocainero de Norte del Valle, Diego  Montoya, alias Don Diego , y Wilber Jabón Varela, un antiguo lugarteniente  del grupo, la cual dejó numerosas víctimas en el último año.
 
Estados Unidos ha reclamado la extradición de Montoya y ofreció cinco  millones de dólares por su captura.
 
Al lamentar el hecho, el vicepresidente Francisco Santos señaló que "la  masacre en Candelaria es preocupante y muestra lo que está sucediendo en  Valle". "Los narcos no se detienen ante nada. Aquellos que están permeados por  el narcotráfico no respetan nada, lo único que les interesa es el billete, el  negocio", manifestó.
 
"Es un crimen espantoso, pero no quisiera adelantarme a señalar los móviles  de este hecho. Se está investigando. Nos tiene consternados y alarmados esta  situación", declaró por su parte el alcalde.
 
El coronel Jesús Antonio Gómez, jefe de la policía en Cali, precisó que los  delincuentes dispararon indiscriminadamente. "Los testimonios que hemos  recabado indican que estos individuos estaban vestidos con overoles y chalecos  negros", dijo el mando policial.
 
"Una comisión de la Fiscalía investiga los antecedentes de los fallecidos",  confirmó al AFP Franklin Legro, secretario de gobierno de Valle.
 
El alcalde dijo que las víctimas, en su mayoría, pertenecen a una misma  familia y no son oriundas del municipio, y que la finca había sido adquirida  recientemente por un grupo de personas desconocidas en la región.
 
"Lo que dice la comunidad es que hacía poco habían comprado la finca, que  habían hecho varias inversiones", anotó.
 
Varios municipios de Valle han sido escenario este año de sangrientos  hechos que dejan unos 3.000 muertos, especialmente por guerras entre los  capos de la droga, las cuales incluyen matanzas, crímenes selectivos y  amenazas a funcionarios oficiales, según autoridades regionales.
 
Esta situación motivó que la semana pasada miles de personas se  manifestaran en Cali y los otros 41 municipios del departamento.
 
Además del cártel de Norte del Valle, que moviliza entre el 30 y el 50% de  la cocaína que se exporta a Estados Unidos, en el suroeste de Colombia operan  las guerrillas izquierdistas de las FARC y el ELN y grupos paramilitares de  extrema derecha.