Varios de los afectados tuvieron que prestar dinero o privarse de pagar sus estudios para garantizar el material utilizado en la confección de bisutería.

La oportunidad, propuesta por el ruso Alexandre Borisenko, de contar con una máquina que le permita elaborar mayor cantidad de collares y pulseras y como resultado mayores ingresos, llevó a Dalila Bonilla Cuenca, de 29 años, a invertir 270 dólares en la empresa Bilar Can Ukr-Bisser.

Publicidad

Borisenko, representante de la empresa que supuestamente estafó a más de 4.500 personas en Quito y alrededor de 800 en Guayaquil, habría ofrecido equipos para elaborar los collares y pulseras a las personas que demuestren mayor habilidad en la confección de la bisutería, reveló Bonilla.

“Yo me enteré de la empresa viendo unos anuncios en el periódico, fui a la oficina y un colombiano indicaba cómo hacer los collares. Primero invertí diez dólares en un paquete de material, como vi que era fácil y lo hacía en poco tiempo, regresé ese mismo día para obtener más material”, sostuvo la perjudicada.

Publicidad

La afectada, en cuya vivienda hay gran cantidad de collares, pulseras y pequeñas fundas que contienen hilo, broches y chaquiras, manifestó que decidió entrar al negocio porque no tiene empleo.

“Yo tenía ahorrados unos 100 dólares, con los que conseguí diez paquetes para trabajar, presté 100 para más material y perdí los 70 dólares de la supuesta ganancia”, dijo.

Al principio, Bonilla le comunicó del trabajo a su vecina María Rodríguez Salinas, de 38 años, quien también acudió a Bilar Can Ukr-Bisser, la cual tenía cuatro oficinas en Quito y una en Guayaquil. Rodríguez perdió 200 dólares.

“Mi esposo es taxista y recién había vendido su carro para comprar otro. Yo le dije que me preste el dinero para la garantía y que con la ganancia le devolvía, pero cuando fui a entregar los collares el martes pasado, me enteré que el ruso se había ido”, relató la mujer.

“Mi esposo es el que mantiene la casa, con lo que pasó se tardó la adquisición del nuevo carro. Tengo una sobrina que vino desde Ambato a pasar vacaciones y también entró al negocio; ella perdió 200 dólares y la familia está molesta con ella y conmigo”, acotó.

Otra de las perjudicadas, Mónica Pérez Sánchez, manifestó que cuando ella iba a dar la garantía y retirar material observaba gran cantidad de mujeres con sus hijos, además de hombres que buscaban empleo y ganar dinero.

“Estoy pensando en establecer mi propia empresa para la exportación de todo lo que he elaborado, ya estoy buscando contactos en internet. El jueves pasado iba a rendir declaración sobre el caso en la Policía Judicial, pero me enteré que el pasaporte de Borisenko es falso, quién sabe dónde esté ese tipo”, manifestó Pérez.

Delito
Según el abogado Rafael Estévez, la estafa es el supuesto delito cometido por Borisenko y sus cómplices. El artículo 563 del Código Penal establece una sanción de prisión de seis meses a cinco años, más una multa de 8 a 156 dólares.

Estévez sostuvo que por haber firmado un contrato en hoja simple sin membrete, los ahora perjudicados no estaban bajo un estatus de dependencia laboral, y hasta pueden demandar a Borisenko por daño moral paralelo a la estafa.