Los bienes que forman parte del fideicomiso AGD están repartidos en dos partes. La primera, pedida por la Junta Bancaria, por $65 millones. Otra, que sin ser exigida por la JB, fue cedida por Filanbanco Trust & Banking Corporation (FT&BC), la filial panameña, por $107 millones.
En ambos casos, los bienes no debían estar hipotecados y si tenían alguna deuda, esta la debía cubrir el aportante. Asimismo debían ser patrimonio de los ex accionistas: no debían ser de Filanbanco ni de cualesquiera de sus filiales. Ambos aportes debían “cubrir el valor de los activos de riesgo y las pérdidas de Filanbanco hasta el 2 de diciembre de 1998”.
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Es decir que cuando se supiera lo que perdió Filanbanco hasta el 2 de diciembre, se descontaría el patrimonio del banco ($140 millones) y la diferencia se cubriría con $65 millones. Este monto se calculó basado a la auditoría de Hansen-Holm, relató Daniel Cañizares.
Luego, los balances del banco mostraron un problema de falta de respaldo por $107 millones en una cuenta de FT&BC, por lo que se decidió también incluir esto en el fideicomiso, añadió Cañizares.
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Luis Penna, representante de Roberto y William Isaías, no quiso comentar este aporte, pues para él fue una decisión de la AGD.
Las daciones de Intral Panamá nunca llegaron a tasarse en $65 millones. Los avalúos de los bienes, realizados en noviembre de 1998 por el mismo Banco Central, indicaron que su valor llegaba a $46’563.013.
Según el autocabeza de proceso, en el juicio de Filanbanco, “aún en el caso de ser tales avalúos reales y exactos, existiría una diferencia de 18’436.986,88”. El año anterior, la Contraloría determinó que la diferencia era más amplia: no $18,4 millones, sino $47,3 millones.
La parte de FT&BC correspondió a acciones de empresas por $77,3 millones (de Puntilla Mall y Las Orquídeas) y un lote de obras de arte por 30 millones.
Esta vez, un informe de la Intendencia de Bancos del Litoral da a conocer que el valor de esas acciones apenas ascendía a $5’120.896,57. Las acciones de Litbarski, dueña de locales en Puntilla Mall, llegaban a los $8 millones, pero a ese monto se restó el valor de las ocho constructoras de Las Orquídeas, en Guayaquil, que por tener deudas ascendía a $3 millones.
Según dos pedidos notariados dirigidos al gerente de Filanbanco y presentados por AFPV, del 11 de julio de 2001 y del 22 de julio de 2002, Litbarski tenía una hipoteca de $3,2 millones con el Banco de Crédito, a su vez endosada a la Corporación Financiera Nacional. Asimismo tenía un contrato de concesión de $1 millón con supermercados Santa Isabel.
En esos documentos se señaló que las constructoras de Las Orquídeas debían impuestos prediales desde 1993, por lo que la Municipalidad de Guayaquil había iniciado juicios de coactiva. Otros terrenos también han sido expropiados para el programa Mucho Lote. Incluso, esas tierras pertenecían a otras empresas, de los hermanos Herrera León y la familia Kozhaya (parientes de los Isaías), y el acuerdo para desarrollarlas estipulaba que si no se lo hacía en el plazo fijado, los terrenos regresaban a sus dueños originales; además, estos terrenos están hipotecados. Estos problemas también fueron recogidos en los informes de Contraloría.
Penna desestimó esto. Según él, lo que está hipotecado es “una fracción”.
Con respecto a las obras de arte, el primer avalúo realizado por Gelli S.A. indicó un monto de $29,8 millones, aunque no tiene firma de responsabilidad. Luego se hicieron dos avalúos más, el primero por Global Silver Hawk, cuyo resultado fue de $10 millones; y el segundo, del Banco Central, por $5 millones.