Cientos de niños guatemaltecos adoptados a inicios de la década de 1980 fueron robados de sus padres por el ejército durante la guerra civil que vivió ese país, dijo el lunes una comisión nacional.
 
"Hemos registrado 1.084 casos de niños desaparecidos y entre 1979 y 1984, 500 de éstos fueron adoptados", dijo a Reuters el coordinador de la comisión, Axel Mejía.
 
Mejía añadió que la mayoría de los niños fueron secuestrados por el ejército durante ataques a aldeas de indios mayas, como parte de la persecución de sospechosos de simpatizar con la guerrilla izquierdista.
 
"Llevaron 48 personas en helicóptero, entre ellos mi hijo. Nunca los vimos después", dijo Carmen Sánchez, una india maya de 43 años, cuyo hijo de dos años fue secuestrado cuando el ejército irrumpió en la aldea de Río Negro, en 1982.
 
Sánchez dijo que no sabe si su hijo había sido adoptado.
 
Unos meses antes, los padres de Sánchez y sus hermanas formaron parte de las 177 personas masacradas por paramilitares vinculados al ejército.
 
La Comisión Nacional de Búsqueda de Niños Secuestrados, que busca reunirlos con sus padres, se ha puesto en contacto con familias, incluyendo una en el estado norteamericano de Tennessee y otra en Francia, que adoptaron niños robados sin saberlo.
 
"Su primer reacción es de no creer y demandan pruebas de ADN", dijo Mejía, agregando que, en muchos casos, los niños adoptados no quieren reunirse con sus padres biológicos.
 
Mejía dijo que el ejército guatemalteco llevó a los niños a orfanatos y organizaciones religiosas diciendo que se trataba de huérfanos de guerra.
 
Los padres de los menores secuestrados quieren ahora que el gobierno obligue al ejército y a agencias de adopción que operaron en la década de 1980 a abrir sus registros a la comisión.
 
"Creo que se adoptaron hasta 70 por ciento de los niños desaparecidos, pero tenemos que ver los archivos", dijo Mejía.
 
Grupos de derechos humanos calculan que 45,000 personas, incluyendo 5,000 niños, fueron secuestrados o "desaparecidos" durante la guerra civil de 36 años en Guatemala, que terminó en 1996.
 
Guatemala tiene la tasa de adopción per cápita más alta del mundo y se rehúsa a reformar sus leyes de adopción, que han sido criticadas por las Naciones Unidas.