El fruto de la caña fístula está recubierto por sustancias viscosas. Una investigación del Promsa y la Universidad de Guayaquil encontró en ese elemento propiedades medicinales.
Una investigación científica realizada por la doctora en Química y Farmacia, Alexandra Quesada, de la Universidad Estatal de Guayaquil, determinó las propiedades medicinales que poseen las partes orgánicas de la caña fístula, una planta que crece en varias zonas de la Costa.
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La saponina, que es su principal componente, tiene una propiedad de antitusígeno y expectorante que ayuda a curar la tos en las personas. “Esto hace que el organismo, expulse la flema que tiene en sus pulmones y con el paso de los días se recupere de su malestar”, comenta Quesada.
Los análisis de la caña fístula se iniciaron a base de la tesis doctoral de Quesada, en la cual incluyó un trabajo que realizó en 1998, durante diez días, a 26 enfermos de tos y tuberculosis del hospital neumológico Alfredo Valenzuela de Guayaquil. Los médicos de la institución seleccionaron a los pacientes que recibieron varias dosis de un preparado a base de la saponina y al final se obtuvieron resultados favorables, porque con el paso de los días, ellos mejoraron su expectoración.
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Estos análisis abrieron el camino para otras investigaciones, las que se desarrollaron de enero del 2002 a diciembre del 2003, con el financiamiento del Programa de Modernización de Servicios Agropecuarios del Ministerio de Agricultura (Promsa) y el apoyo de las autoridades de la Universidad Estatal de Guayaquil.
Los experimentos se basaron en cinco aspectos: agrícola, fitoquímico, farmacéutico, farmacológico y promocional o de comercialización. En la Universidad de Guayaquil se desarrolló un scrining fitoquímico, que es una fase experimental que combina ciertos extractos con la caña fístula, donde cada componente adquiere una coloración definida para determinar su uso.
En este estudio se acordó que la antraquinona, otro de los componentes de la caña fístula, provoca una acción laxante en el organismo humano y facilita la evacuación fecal, en caso de estreñimiento.
El Instituto de Bioorgánica Antonio González, en el sector de La Laguna, en Tenerife, España, realizó otras pruebas con la misma planta: 67 análisis de resonancia magnética nuclear protónica y de carbono 13, con el objetivo de identificar los principios activos que poseen los mucílagos (sustancia viscosa) de la caña.
El siguiente paso se realizó en Ecuador. Los frutos de la caña fístula se procesaron a manera de pastillas y jarabes, dentro del proceso experimental farmacológico. Pero, ese medicamento aún no está autorizado para circular en el mercado.
En Brasil, en el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo, se efectuó un ensayo con 40 ratas machos adultos de la especie wistar, los que durante catorce días recibieron una dosis de extractos de cassia grandis (la familia a la que pertenece la caña fístula), para medir el grado de inflamación de sus pulmones. Este experimento sirvió para diseñar el protocolo de análisis farmacológicos.
No hay muchos ejemplares de esta planta maderable. Por eso, “con el proyecto se quiere lograr que la gente lo siembre y lo use solo con fines farmacéuticos. Esto no significa que el árbol esté en peligro de extinción”, expresa Quesada.
El árbol mide de 8 a 12 metros, y el fruto, de 22 a 38 centímetros, en su interior se alojan tabiques del tamaño de una moneda, cubiertos de una capa negra llamada mucílago (lo que se usa como medicina).
Aunque no es una especie endémica del Ecuador, la caña fístula crece en zonas de la Costa, como Guayaquil, Durán, Yaguachi, Babahoyo, Jujan, Churute y Zapotal, donde existen unos doscientos árboles que crecen en los bosques tropicales secos y húmedos.