El ex mandatario Rodrigo Borja presenta hoy, en Guayaquil, su libro ‘Recovecos de la Historia’.
El partido Izquierda Democrática (ID) es uno de los tres hijos que el ex presidente Rodrigo Borja afirmó tener “fuera de matrimonio”, en el prólogo de su libro Recovecos de la Historia, cuya segunda edición se presenta hoy en Guayaquil.
Publicidad
Esa hija, refiriéndose a la ID, reconoció, ha perdido espacio en el escenario nacional. Se debe a una “ondulación en el respaldo popular”, que no sabe a qué se debe.
Luego de 34 años de liderazgo, Borja se apresta a un traspaso de poder para el cual, sostuvo, la ID está preparada.
Pregunta: ¿Qué sentido tiene para el país que Rodrigo Borja escriba sus memorias?
Respuesta: No son memorias, son anécdotas ocurridas a lo largo de mi vida, algunas de ellas complementan la historia.
P: La ex diputada Alexandra Vela lo acusa de querer atribuirse, exclusivamente, el derrocamiento de Abdalá Bucaram.
R: Quien derribó a Bucaram fue el pueblo. El ultimátum para que él abandonara el Palacio fue hecho por mí en el discurso de San Francisco; movilización en la que brillaron por su ausencia Jamil Mahuad y Osvaldo Hurtado. No he querido dañar a nadie.
P: ¿Tampoco a Hurtado cuando afirma –dice Vela– que “por un error de la Asamblea Constituyente” se produjo un vacío legal tras la salida de Bucaram?
R: Ni por asomo. El nombre del doctor Hurtado aparece en una línea entre 420 páginas.
P: En su libro dice que su segunda hija fuera de matrimonio, es la hermosa, inteligente y desenfadada ID. ¿Después de más de 30 años de creación, el partido aún responde a estas características?
R: Sí. En los días que corren es el único partido de oposición, los demás han vendido el alma a los Gutiérrez.
P: Pero la ID ha pactado, en su momento, con los mismos partidos que ahora critica.
R: ¿Por ejemplo?
P: El Social Cristiano.
R: Jamás. La ID nunca se ha aliado con ningún partido de la derecha. Que sobre un tema se coincida, no significa acuerdo, menos pacto.
P: Si usted afirma que la ID enfrenta el nuevo siglo renovada, ¿por qué no ha logrado oxigenar su liderazgo?
R: Hay una nueva generación que ha alcanzado los primeros planos de visibilidad política. Estoy en vísperas de retirarme para que ellos asuman esa conducción.
P: Las figuras que suenan son las mismas: Dalton Bacigalupo, Carlos González, Wilfrido Lucero, Andrés Páez. ¿Dónde está la renovación?
R: Son esas y otras más. Son figuras que apenas se les dio la oportunidad, como el caso de González o Landázuri, demostraron su capacidad.
P: Pero se trata de políticos con camino recorrido.
R: Natural, así se forman los jóvenes. Y qué experiencia tiene de los que nunca ha escuchado como Gutiérrez, ¿es lo que usted quiere?
P: La ID sigue sin lograr mayor presencia en la Costa.
R: Ha habido una ondulación en el respaldo popular de esas provincias. En 1984, en la primera vuelta, gané en 18 de las 20 provincias del Ecuador, incluidas tres de la Costa.
P: En su libro, acepta que sus acciones políticas se han caracterizado por la desmesura. ¿Es la que lo ha llevado a buscar un protagonismo propio que ha impedido la consolidación de la centroizquierda?
R: Es una acusación infundada. No se lograron acuerdos por varias razones y porque los protagonistas tenían legítimos derechos que defender.
P: Fraccionamiento que nos lleva al momento actual...
R: No, al punto en que estamos ahora lleva la mentalización de todos aquellos que pensaban que los “nuevones” eran la solución para el país.
P: ¿Por qué no cedió la ID en la búsqueda de una alianza?
R: Porque hubo la interferencia de legítimos intereses de los partidos.
P: ¿Existe entonces cierta responsabilidad de la ID?
R: Existe en varios sectores de centroizquierda, de la prensa, de la opinión pública que le dieron, incluso, el lema al actual Presidente: “No los mismos de siempre”.