La ciudad colombiana de Cali adoptará el toque de queda, la "ley seca" o prohibición de venta de bebidas alcohólicas y la restricción a la tenencia de armas para detener la ola de muertes, informaron hoy las autoridades.
Las medidas fueron analizadas durante un consejo de seguridad que se llevó a cabo en la tercera ciudad colombiana en importancia, tras Bogotá y Medellín, y en la que en los dos primeros meses de este año se han hecho 735 levantamientos oficiales de cadáveres, de los cuales 434 corresponden a personas asesinadas.
El comandante policial de esa ciudad, el coronel Mario Gutiérrez, declaró a los periodistas, tras el consejo de seguridad, que el aumento de los homicidios corresponde a acciones de bandas de narcotraficantes.
La alcaldía y la policía, junto a los ministerios del Interior y Defensa, decretarán en breve las medidas de excepción para el área metropolitana, según se concluyó en la cita.
Según las estadísticas oficiales, los homicidios en enero y febrero pasados se incrementaron en un 32 por ciento, con un promedio de siete asesinatos por día.