Roque Gastón Máspoli, el guardameta del Uruguay que se adjudicó la Copa Mundial de 1950 en el recordado Maracanazo de Brasil, falleció en la noche del domingo en Montevideo. Tenía 86 años. 
 
Máspoli había sido internado el 10 de febrero en un hospital de la capital uruguaya, según informó la prensa, aunque no se dieron detalles de la dolencia que lo aquejaba. 
 
Como futbolista, Máspoli logró su máxima coronación en el mundial de Brasil de 1950, que ganó Uruguay en una recordada final contra el poderoso equipo local y que se disputó en el recién estrenado estadio Maracaná en Río de Janeiro. 
 
Uruguay, contra todos los pronósticos, ganó ese partido por 2-1 después de haber ido en desventaja en el tanteador, y desde entonces la hazaña se le recuerda como el   Maracanazo. 
 
Tras el deceso de Máspoli sólo sobreviven dos titulares del equipo campeón de 1950: Oscar Omar Míguez y Alcides Edgardo Ghiggia, éste último el autor del segundo gol de los   celestes en la final. 
 
La historia de Máspoli estuvo ligada a la de su club, Peñarol de Montevideo, con el que conquistó seis veces el campeonato uruguayo. 
 
Tras su retiro como jugador, Máspoli actuó como entrenador en Peñarol, Elche de España, Defensor Lima de Perú y Barcelona de Ecuador. 
 
Como técnico de Peñarol salió cinco veces campeón uruguayo y dirigió al legendario equipo de 1966 que obtuvo la Copa Libertadores que venció en la final a River Plate de Argentina y la Copa Intercontinental a expensas del Real Madrid de España. 
 
También dirigió en varias ocasiones el seleccionado uruguayo, con el que obtuvo en 1980 el   Mundialito disputado en Montevideo con la participación de los países que habían conquistado la Copa Mundial hasta ese momento. 
 
Julio César Abbadie, que fue compañero de Máspoli en Peñarol y en el seleccionado uruguayo que disputó el mundial de 1954 en Suiza, dijo al diario El Observador que estuvo a su lado en sus últimas horas en el hospital. 
 
En un momento le apreté la mano y traté de disimular el dolor que sentía, pero ya me había dado cuenta que se estaba apagando, comentó. 
 
Según Abbadie,  el dolor que tengo es indescriptible porque muchos recuerdos vienen a mi mente. 
 
Fue un padre para mí. Más que un campeón del mundo se fue una persona íntegra, añadió Abbadie. 
 
El entierro fue previsto para la tarde del lunes en el Cementerio del Buceo de Montevideo.