El jurado que ve el caso contra John Allen Mohamed, declarado culpable de participar en los asesinatos que aterrorizaron a Washington hace un año, aplazó hasta este lunes sus deliberaciones sobre la pena que se le debe imponer.
Mohamed fue declarado culpable el pasado lunes de cuatro cargos, de los cuales por dos, asesinato capital y terrorismo, se le puede imponer la pena de muerte o la cadena perpetua.
El jurado, formado por siete mujeres y cinco hombres, interrumpió sus debates a las 18,00 GMT, tras tres horas y media de deliberación en la que no consiguió ponerse de acuerdo.
Al suspender sus conversaciones, los miembros del jurado preguntaron al juez encargado del caso, LeRoy Milette, qué pasaría si no consiguieran una decisión unánime.
El juez, en respuesta, declaró que "este juicio ha durado seis semanas y, simplemente, les insto a seguir deliberando" para tratar de alcanzar una decisión por unanimidad.
Si el jurado no consiguiera tampoco el lunes llegar a una decisión, los debates se aplazarían una semana, debido a las festividades del Día de Acción de Gracias, que se celebra en EE.UU. este jueves próximo.
Además de terrorismo y el asesinato de Dean Harold Meyers el 9 de octubre de 2002 en Manassas (Virginia), el jurado encontró el lunes culpable a Mohamed de conspiración y uso indebido de armas de fuego.
La ola de asesinatos que aterrorizó la capital de EE.UU. el año pasado costó la vida a diez personas y dejó heridas a tres.
Según los fiscales, Mohamed y su protegido, Lee Boyd Malvo, actuaron como un equipo para perpetrar los asesinatos, si bien fue este último el autor material de la mayoría de los crímenes.
A Malvo, que tenía 17 años en la época de los asesinatos, se le juzga en la localidad de Chesapeake, en el sureste de Virginia, por el asesinato de la agente del FBI Linda Franklin en el estacionamiento de una tienda en Seven Corners (Virginia) el 14 de octubre del año pasado.
Malvo, quien ha admitido haber disparado en algunos de los asesinatos, se ha declarado inocente de las acusaciones por motivos de demencia, y sus abogados alegan que Mohamed le había lavado el cerebro.