Carolina Messen, la esposa del delantero chileno Marcelo Salas, solicitó la anulación de su matrimonio con el futbolista, con quien se casó en 1996 y del que está separada de hecho desde el año pasado, informó hoy la prensa.
 
El abogado de Messen, Roberto Lausen, precisó al diario "La Tercera" que la solicitud fue presentada el pasado 3 de julio.
 
Marcelo Salas fue presentado ayer, lunes, oficialmente en Buenos Aires por el River Plate, al que volvió después de jugar cinco temporadas en Europa, cedido por un año por el Juventus italiano, en que tuvo un magro desempeño a causa de lesiones y, según propia confesión, por su estado anímico.
 
Hace tres meses, Salas admitió públicamente que estaba separado de su esposa, con la que tiene dos hijas, de cuatro y dos años, y atribuyó al dolor de la ruptura su bajo nivel futbolístico. 
 
En ese contexto, el "Matador" expresó hace unos días que una de las causas que lo llevó a facilitar su regreso al River Plate es la mayor cercanía que tendrá con sus hijas.
 
En Chile no existe el divorcio y los matrimonios se anulan sobre la base de un fraude legal tácitamente aceptado, basado en declarar la incompetencia del oficial civil que celebró el matrimonio.
 
Para ello, uno de los contrayentes, en este caso Carolina Messen, sostiene, para inhabilitar al oficial civil, que su domicilio en la fecha del matrimonio no era el que figura en actas, lo que debe fundamentar con la declaración de dos testigos.
 
Si el juez acepta la petición, la nulidad debe ser ratificada por la Corte de Apelaciones, pero en cualquier caso un requisito indispensable es que la otra parte, en este caso Marcelo Salas, acceda a conceder la anulación a su cónyuge.
 
Si no quiere no hay ninguna posibilidad de que la separación legal se concrete.
 
El abogado de Carolina Messen declinó comentar si Marcelo Salas ya fue notificado de la intención de su esposa.
 
El Senado chileno comenzará la próxima semana el estudio, en última instancia legislativa, de un proyecto de ley sobre matrimonio civil que lleva varios años de tramitación, en medio de un gran debate y con la oposición de la Iglesia Católica.