La disciplina y la puntualidad fueron en otro tiempo cualidades distintivas del soldado.

La disciplina que es el conjunto de actividades que desarrolla en el hombre la conducta ordenada y la eficiencia, está en déficit palpable en el país donde cada quien hace lo que le da la gana.

Publicidad

Todos reclamamos nuestros derechos, pero evadimos constantemente el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones.

Los mandatarios deben ser disciplinados en sus actos, palabras e imagen. Un gobernante disciplinado infunde respeto y confianza que valen más que el éxito populachero momentáneo.

Publicidad

La puntualidad es una demostración tangible de la disciplina. El jefe, el superior, el directivo, deben estar en sus puestos de trabajo antes de que lleguen sus colaboradores para dar ejemplo y ejercer autoridad.

El tiempo que el Presidente de los ecuatorianos emplea en demostrar su estado ejemplar físico, estaría mejor utilizado si llegara a trote a controlar si tal o cual ministro o director o funcionario y empleados de su dependencia están en sus puestos laborales a las 08h00, para cumplir una jornada de 8 horas diarias por las que les paga el sufrido y aguantador pueblo.
Guillermo Flores R.
Guayaquil