El médico Robert C. Atkins, cuya conocida dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas fue considerada por años como una locura desde el punto de vista de la alimentación, pero fue validada por recientes investigaciones, murió el jueves, dijo su portavoz. Tenía 72 años.
Atkins falleció en el Centro Médico Weill-Cornell de Nueva York, rodeado de su esposa y amigos cercanos, dijo su portavoz Richard Rothtein.
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Atkins había sufrido una grave herida en su cabeza el 8 de abril pasado, luego de caerse mientras caminaba hacia su trabajo por una acera cubierta de hielo.
El doctor Atkins, graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad Cornell, defendió su plan para perder peso _que enfatiza la carne, los huevos y el queso y desalienta el consumo de pan, arroz y fruta_ en su libro La dieta revolucionaria del Dr. Atkins, publicado en 1972.
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Su libro salió a las calles cuando la medicina tradicional recomendaba una dieta baja en grasas y alta en carbohidratos.
Al año siguiente, la Asociación Médica Americana (AMA) menospreció la dieta de Atkins y la consideró una locura nutricional, mientras el Congreso lo convocó para que defendiera su programa alimenticio.
Caratulándolo de potencialmente peligrosa, la AMA dijo que el sustento científico de la dieta era ingenuo y bioquímicamente incorrecto. Criticó además a los editores del libro por promover extraños conceptos de nutrición y dietas.
Pero a pesar de las críticas, su libro vendió 15 millones de ejemplares y millones de personas de todo el mundo probaron su dieta.
La filosofía de Atkins resurgió nuevamente en la década de 1990, con la publicación de La nueva dieta revolucionaria del Dr. Atkins, que vendió más de 10 millones de ejemplares en todo el mundo y permaneció cinco años entre la lista de libros más vendidos del diario The New York Times.
Pero las críticas a la dieta continuaron, ya que sus detractores decían que podía afectar el funcionamiento de los riñones, aumentar el colesterol y privar a las personas de importantes nutrientes.
Atkins dijo que ningún estudio había mostrado que personas con un funcionamiento normal de los riñones pudiera desarrollar problemas por una dieta alta en proteínas, y nunca cedió frente a sus detractores.
Recién en el año 2000, su dieta fue parcialmente justificada por la comunidad médica tradicional que lo había criticado.
Media docena de estudios mostraron que la gente que se sometía a la dieta de Atkins perdía peso sin comprometer su salud.
Además de su esposa Verónica, lo sobreviven su madre Norma, de Palm Beach, Florida.