La caída de la  controvertida artista forma parte de la historia  negra del mundo de la farándula.

Luego de permanecer casi tres años presa en Brasil, la cantante mexicana Gloria Trevi, que regresó  el sábado pasado extraditada a México para afrontar un juicio por rapto, abuso y corrupción de menores, ha vivido en medio del escándalo y la rebeldía desde su adolescencia.

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Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz, verdadero nombre de la chica del “pelo  suelto”, nació el 15 de febrero de 1970 en la ciudad de Monterrey, en una familia de clase media alta formada por un arquitecto y una  maestra de baile.

Dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo en 1982 al  ganar un concurso de una importante empresa televisiva. A los 14 años conoció al productor mexicano Sergio Andrade, personaje  decisivo en esta historia, considerada como el mayor escándalo del medio artístico mexicano.

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 Andrade, que permanece detenido en Brasil, invitó a Trevi a integrarse al grupo Boquitas Pintadas, junto con otras menores, entre ellas la también detenida  María Raquenel.

Desde entonces Trevi se ligó estrechamente a Andrade, con quien tuvo una hija en Brasil en 1999 que murió al mes de nacida en circunstancias no aclaradas, antes de ser capturada en enero del 2000.

  En 1989, Trevi decide cantar en solitario, siempre representada por Andrade. En la década de 1990 canciones como Zapatos viejos, Mas-Turbada que nunca, No soy  monedita de oro, entre otras, hicieron de la Trevi una especie de heroína para miles de adolescentes y la artista creó así una imagen transgresora y rebelde que rompió con la tradición conservadora de la música pop mexicana y latinoamericana.

 La fama de la Trevi creció como espuma y Andrade aprovechó esa circunstancia para atraer a su esfera a niñas que querían imitar a la cantante. Trevi y Andrade se rodearon entonces de decenas de adolescentes coristas, muchas de las cuales terminaron involucradas en una promiscua relación que tenía como eje las fantasías sexuales del productor con la supuesta ayuda de Trevi.

El escándalo estalló en abril de 1998 cuando una de las coristas, Aline Hernández, que se casó con Andrade cuando tenía 15 años, reveló los presuntos abusos a las que eran sometidas las coristas.
   Posteriormente los padres de la ex tecladista, Karina Yapor, demandaron a Andrade y a Trevi por violación, rapto y corrupción de menores.

A partir de ese momento, Andrade, Trevi y Raquenel –que también estuvo casada con Andrade– comenzaron una odisea que los llevó por España, Argentina y Brasil, donde finalmente fueron detenidos. En Brasil, Trevi permaneció  encarcelada casi tres años, hasta ser extraditada a México la noche del sábado.

En la cárcel de Brasilia, Trevi tuvo un hijo, Ángel Gabriel, hoy de 10 meses, que alega fue fruto de una violación en la prisión y que un examen de DNA probó era de su promotor Sergio Andrade.
 Dos años demoró en hacerse efectiva la entrega de la cantante, pese a que las autoridades brasileñas habían  autorizado su extradición.

  Finalmente, Trevi renunció a los recursos jurídicos que habían interpuesto sus abogados para evitar la extradición.  Según la polémica cantante, decidió regresar a su país porque no quiere que su hijo crezca en una celda y en México puede tener un mejor futuro.

   “Tengo mi conciencia tranquila sobre mi inocencia, pues son absurdas las acusaciones que me hacen”, afirmó Trevi, quien también dijo que no espera recibir un juicio justo en su país e insiste en que las autoridades del estado de Chihuahua, donde será juzgada, pretenden desviar con su caso la atención de la oleada de crímenes a más de 300 mujeres, que se han cometido en la última década en extrañas circunstancias.

La cantante, de 32 años, deberá afrontar un juicio por rapto, abuso y corrupción de menores, tres cargos que agrupados le impiden salir libre bajo fianza.