Soy un joven ecuatoriano que viajó hace diez meses de Ecuador a España donde me encuentro, como muchos compatriotas, sin papeles y por eso paso problemas.
Los que llegamos así, indocumentados, es porque lo quisimos. Sin embargo, acá, ya estamos desesperados. Absolutamente nadie hace nada por nosotros.
Leí en el diario que vendrán a trabajar 510 ecuatorianos visados desde Ecuador, mientras que desde hace tiempo muchos emigrantes  estamos acá abandonados, olvidados, ya que sin documentos en España uno no es nadie.
Héctor D. Ortega Palacios
Barcelona, España

Supe que se estuvo tratando una ley en el Congreso del Ecuador, para permitir a los emigrantes llevar herramientas, materia prima... y establecer fuentes de trabajo en nuestro país en el ámbito microempresarial.
Acá no tenemos mayor información de eso y quisiera que alguna autoridad nos diga si están exentos los aranceles o impuestos para los emigrantes que deseamos desarrollar un trabajo digno y estable en nuestro Ecuador.
Antonio Escalante Carvajal
Palma de Mallorca, España

Trabajo en un hospital; soy un cirujano en formación.
No he venido a este país a buscar mejor posición económica sino una buena especialización, pero veo desde la distancia con la misma mirada de un emigrante, muchas cosas que antes no me daba cuenta y que ocurren en Ecuador.
Veo a la gente pobre, diferente a la rica en su forma de pensar, de ahorrar, de mostrar su afecto... Veo que pocas veces me senté a conversar sinceramente con uno de ellos.
Vivimos en un mismo país pero somos dos caras de una misma moneda: los que tienen y los que necesitan, y estos son la mayoría. ¡Abramos los ojos! Debe existir alguna forma de volver a encontrarnos entre ecuatorianos.
Iaki Nevado
Barcelona, España

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En Munich hay unos ecuatorianos a los que si no les va bien, es por ciertos motivos.
No van a una escuela para aprender el idioma. Las escuelas de lenguas son baratas; si se toma un curso se aprende mucho. Hay que moverse, preguntar, en vez de estar en los parques esperando que alguien los llame para trabajar.
Para liberar las tensiones se necesita una “salida”, pero no que estemos todos los viernes y sábados en las discotecas donde se suscitan peleas. No meterse con drogas, “chicas”, ni andar por la vía rápida para ganar unos euros. Alemania es un país difícil, pero sí se puede salir adelante.
Xavier Jimenes
Munich, Alemania

Estoy sorprendido cómo unos ecuatorianos ilegales en Europa están reclamando por todo.
Cuando en Ecuador, uno como extranjero trabajaba legalmente y criticaba algo, la reacción era: “¡Regresa a tu país!”. Cuando la Policía encontraba a un extranjero sin papeles, lo llevaba a migración.
A Italia llegan familias completas sin permisos y tienen servicio de salud gratis, los niños tienen colegio gratis; deberían estar contentos.
Son ilegales pero no pagan impuestos y tienen servicios que nunca tuvieron en Ecuador.
Ecuador es un país con un pueblo con voluntad de trabajar, que puede ser como lo era antes, cuando lo conocí en los años 70: un país rico, extraordinario.
Reimar Doege
Milán, Italia

 
Este mensaje es para toda la gente de mi Ecuador: ¡No emigren a España, en nuestro país se está mucho mejor!
Me gustaría que las personas que lean mi carta crean esto, no dejen sus estudios por nada del mundo, prosperen allá, ya que cuando uno emigra se le va la vida trabajando.
Karla E. Suéscum Barreto
Madrid, España

Muchos de quienes salen del Ecuador y de quienes se quedan dicen que afuera es imposible conseguir los objetivos trazados.
Pero hay casos muy especiales. Una familia ecuatoriana llegó a Palma de Mallorca, España (islas Baleares) y como todo emigrante, con gran ilusión.
Esas personas hicieron realidad su ilusión. Con la ayuda de Dios y mucho esfuerzo montaron un negocio.
Se trata de un ingeniero guayaquileño que junto con su esposa e hijos inauguró un restaurante en un área de más de 250 metros cuadrados. Ofrecen comida internacional y mallorquina.
Un mallorquí con visión se unió al grupo para asesorarlo en comida española. Su objetivo final será nuestro Ecuador.
Este ejemplo motiva a los ecuatorianos emigrantes:  cuando se quiere, se puede.
Emil Briones
Palma de Mallorca, España