En medio de cerros de sandías, Wilson Vera no oculta su alegría. A pesar de las altas temperaturas y del esfuerzo, sonríe. No es para menos: vendió más de 1.400 sandías a Pedro Vallejo.
Vera, como la mayoría de sus vecinos en el recinto La Victoria, en el km 10 de la vía Salitre- La T, son agricultores dedicados habitualmente al cultivo de arroz, pero los bajos precios que se paga por esta gramínea, hacen que cambien los arrozales por la siembra de sandías.
Publicidad
La fruta, apetecida por su sabor, tiene un precio y tamaño para todos los gustos. Las hay desde 0,50 centavos las más pequeñas y 2,50 las más grandes. Algunas llegan a pesar más de 30 libras.
Pero no solo los agricultores están en bonanza por la comercialización de esta fruta. Decenas de locales ubicados en las vías que conducen a los cantones Salitre, Daule, Palestina, Nobol y Santa Lucía, ofrecen este fruto entero o en pedazos de 0,20 dólares.
La cosecha se prolongará un mes más, por eso Vera cree que pocas personas se quedarán sin probar esta fruta.