Quito
Amnistía Internacional criticó la intolerancia contra homosexuales y lesbianas en Ecuador. Organismos de Derechos Humanos confirman informe.
Miles de cartas de apoyo de todos lados del mundo están en su mesa. Su rostro luce alegre y cada palabra que expresa contiene mucha seguridad.
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El haber sido víctima de múltiples abusos le fortaleció el espíritu a Narda Torres, de 32 años, una lesbiana cuya denuncia aparece dentro del informe de Amnistía Internacional que condena el abuso en contra de minorías sexuales en el Ecuador, y que se presentó esta semana en Ginebra.
“He sido muchas veces maltratada en el barrio, en la calle y hasta por mi propia familia debido a la orientación sexual con la que nací”, dice la joven quiteña al recoger una estampilla de una postal de apoyo que le llegó de Inglaterra.
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El 12 de junio Narda Torres fue golpeada a la entrada de su casa por dos desconocidos que le acusaron de “ser una enferma y de estar poseída del demonio”.
La tomaron de los cabellos, la arrojaron al suelo y la insultaron con palabras soeces: quedó con el ojo izquierdo morado, inflamación del labio superior y la nariz fracturada.
“Denuncié formalmente en la comisaría quinta que había sido agredida físicamente por el solo hecho de tener una tendencia sexual distinta, y el funcionario puso una cara de susto que ni siquiera me levantaron la denuncia”, recuerda Narda, molesta por la falta de tolerancia en la sociedad.
Dos meses después, el 28 de agosto, nuevamente los mismos desconocidos la volvieron a insultar fuera de casa.
“Antes trabajaba en un banco y hasta me acosaban, pero cuando se enteraron de mi orientación empezaron a relegarme hasta que me botaron”, afirma.
Desde hace un año colabora como voluntaria en Amnistía Internacional y la sede de ese organismo en Quito se ha convertido en su único “refugio y fortaleza”.
Ella admite que ha estado “a punto de lanzar la toalla”, salir del país y empezar la vida desde cero como lo han hecho varias compañeras suyas que no resistieron el rechazo.
Narda y su pareja decidieron quedarse y continuar la lucha en Ecuador desde su trinchera en Amnistía Internacional.
“Conocemos que hay una gran cantidad de personas que sufren psicológicamente por lo que viví, por eso proyectamos crear una fundación que les ayude y oriente”, asegura.
Según ella, el informe que esta semana se presentó en Ginebra llamando la atención al Estado por las violaciones de derechos humanos de las minoría sexuales, se puede extender a varios países de Latinoamérica por la similitud de prejuicios que hay en ellos.
Pese a ello, Narda aprieta el anillo de compromiso que le regaló su pareja y siente que al fnal del túnel hay una luz de esperanza.
Justicia
Despenalizado
En julio de 1997, una violenta incursión de la Policía en una fiesta gay originó la discusión sobre la despenalización de la opción sexual. Sesenta días después la homosexualidad ya no fue considerada un delito.
Libre Orientación
Por primera vez la Constitución Política del Estado de 1998 consagra el respeto a la integridad física, psicológica y sexual, y a la libre orientación y opción sexual.
Se agrupan
78 delegados de organizaciones participaron en la I Conferencia Nacional GLBT (gay, lesbianas, bisexuales y transgéneros), que se desarrolló el 29 y 30 de junio de 2001 en el centro de retiros espirituales San Patricio de Cumbayá. Los participantes discutieron la diversidad sexual, procesos organizativos de la comunidad GLBT en el país, género e identidad sexual y derechos humanos.
Intolerancia
El 10 de julio del 2001, Héctor Iván Zambrano Tomalá, un travesti de 21 años, fue asesinado en el sector de La Mariscal. Según las primeras investigaciones, el cadáver tenía una herida profunda en el pecho ocasionada por un cuchillo.
Derechos Humanos se pronuncia por igualdad
Los constantes abusos en contra de las minorías sexuales como detenciones arbitrarias y otras violaciones a los derechos humanos, recogidos en el informe de Amnistía Internacional, son cuestionados por las organizaciones que trabajan con estos grupos vulnerables.
Alexis Ponce, vocero de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), cree que el informe de Amnistía solo ratifica un estado de abusos que se vive a diario en el país.
“Ahora hay que preguntar si con la presión social del informe el Estado ecuatoriano modificará políticas; ojalá no adopte la política del avestruz: meter la cabeza en la tierra”, expresó Ponce.
Abelardo Araya, coordinador del programa Aquí estamos para gays, lesbianas, bisexuales y transgénero, indicó que pese a que existe un marco legal que defiende y garantiza la libertad sexual, en el país los derechos siguen atropellándose.
Para Araya, policías, militares, fiscales, jueces, comisarios, son prejuiciados e incumplen las leyes.