El ministro de Defensa, Hugo Unda, dijo hoy que presume que en el país hay traficantes con contactos, que pueden ser militares, para conseguir armas que finalmente llegan a la guerrilla colombiana o a bandas delictivas.
Unda declaró al canal de televisión Ecuavisa que sospecha que "hay contactos en el país que son los que compran aquí para enviar" las armas a los grupos guerrilleros o bandidos colombianos.
Según informes de la Policía ecuatoriana, en el 2001 se incautaron 449 armas de diverso tipo y calibre, 500.000 municiones y más de mil explosivos, incluidas granadas.
Entre el 10 y 12 por ciento del tráfico de armas es incautado por la Policía, pero el resto logra sortear los controles y llega a los grupos subversivos o bandas de delincuentes.
Según el reportaje una buena parte de las municiones decomisadas es fabricada por la industria militar ecuatoriana y muchas de ellas desaparecen de los propios arsenales de los cuarteles.
El jefe de la Policía, Jorge Molina, aseguró que "organizaciones delictivas (nacionales), en contubernio con los grupos guerrilleros colombianos, organizan el tráfico de armas" hacia Colombia.
El experto en temas de seguridad y oficial retirado del Ejército, Juan Méndez, aseguró que las traficantes usan innumerables métodos para transportar las armas hacia los grupos subversivos colombianos.
Explicó que entre los mecanismos de tráfico se incluyen el transporte por pasos clandestinos en la frontera común, sobre todo en la provincia Amazónica de Sucumbíos, aprovechando la espesura de la selva.
No obstante, Ecuavisa afirma que Ecuador, además de traficar parte de sus propias armas, también es un corredor de tránsito de pertrechos para las bandas armadas colombianas.
Los cargamentos de armas pasan por las aduanas de los puertos en contenedores que no son reclamados y cuya declaración es diferente a su contenido hasta que personas, con documentos falsos, los retiran evadiendo el control de aforo, añadió.
Indicó que los traficantes también usan botes para llevar las armas por el océano Pacífico, desde el puerto de Esmeraldas, hasta las poblaciones colombianas fronterizas de Tumaco o Casas Viejas.
Por la provincia andina de Carchi, los traficantes usan pasos secundarios de la frontera en las parroquias de Tufiño, Urbina o el Carmelo, señaló.