Los restaurantes chinos en Guayaquil, los más numerosos de la ciudad de comida extranjera, son conocidos por la austeridad en sus decoraciones. Casi todos, con el mínimo nivel estético necesario para operar, muy contadas excepciones se distinguen, como el Joun Yep, y quizá uno que otro más.

Amy’s no es la excepción, modesto, sencillo, pero pulcro. Abrió sus puertas a fines del año pasado, en el segundo piso del Centro Comercial Buena Vista Plaza, en el km 1 de la av. Samborondón.

Esta gastronomía es realmente sorprendente. Probablemente la más variada del mundo. Uno de los emperadores de la dinastía Qing exigía a su chef personal más de 100 platos distintos en sus comidas cotidianas, quien al sentarse a la mesa decidía cuáles comería, ofreciendo ejecutar al cocinero si probaba un plato que hubiera sido presentado con anterioridad. El desafortunado cocinero no debía atreverse a repetir. Esta exigencia, creatividad o muerte, dio origen a los afamados y legendarios banquetes imperiales chinos y a la diversidad de su canasta de productos.

Así, la carta de Amy’s es extensa y variada. Un menú de más de 20 dim sum, 15 entradas, 20 sopas distintas, 8 baos, varias carnes asadas, incluyendo pato Pekín, 15 tipos de fideos y más de 50 platos de proteínas, entre lomo, camarón, pescado, cerdo y pollo.

Nuestra mesa tenía debilidad por los dim sum, así que esa fue la mayoría del pedido. El dim sum es a mi juicio una de las mejores amalgamas de carnes y vegetales que gastronomía alguna haya logrado. Es el equivalente oriental a las tapas españolas. Conceptualmente es el deleite del paladar gracias a la diversidad en una experiencia de múltiples gustos, de una sola sentada. Su cocción al vapor permite conservar la textura original de sus ingredientes y sus sabores primarios, así como la mayoría de sus nutrientes. El maridaje ideal es té. Una bebida carbonatada o ácida destrozará la experiencia.

Es recomendable el cheofán, sobre todo de cerdo. Finamente cortado y tostado, envuelto en hojas de arroz al vapor. Los dumplings a la plancha y el ja kau con cebollín fueron ganadores, así como los minibaos a la plancha, una gran combinación de cerdo, col y pan de bao. El fan kuo excelente de sabor, algo sobrecocinada la masa. Las sopas chinas son fantásticas. La sopa picante con dumplings vale la pena ser probada. Especiada pero sutil, contundente.

El pan de los baos está muy bien logrado, muy delicado, no necesariamente los cortes de las carnes en el caso del de pollo.

La carta de Amy’s es tan extensa y variada que es un restaurante al que se debe ir varias veces para probar su cocina. Muy buenos precios. Con $ 25 por persona saldrá satisfecho. (O)