Ni las temperaturas bajo cero que se registran a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, ni cargar al hombro equipos pesados hasta sitios inhóspitos, ni acampar en los puntos más elevados del Parque Nacional El Cajas, en Azuay, han impedido que docentes de la Universidad de Barcelona (España) y de la de Cuenca conviertan esas 29.000 hectáreas de páramo en un laboratorio natural.