El viernes 22 de marzo un grupo de militares fue emboscado en el sector de Barranca Bermeja del cantón Cascales, provincia de Sucumbíos, mientras cumplían sus tareas.

Dos policías heridos en incidentes registrados en la parroquia Palo Quemado, en Cotopaxi

Cuatro están heridos y uno que desapareció en el incidente apareció asesinado. La información la oficializó el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

A inicios de mes, el 6 de marzo, en otra provincia fronteriza se reportó un enfrentamiento luego que desde un auto no se acataron indicaciones en un operativo y más bien se atacó a los militares que hicieron uso de la fuerza, lo que causó un civil muerto y dos heridos. El reporte de la Fuerza de Tarea Conjunta Esmeraldas (FTCE) señala que ocurrió en el sector de la parroquia Montalvo, cantón Rioverde, en el norte de la provincia de Esmeraldas.

Publicidad

El estado de guerra y justicia ordinaria

Ecuador no tiene conflictos armados con ninguno de sus vecinos, Perú y Colombia, con los que más bien hay una relación de cooperación y hermandad; sin embargo, la violencia en las zonas fronterizas es una realidad que no puede ignorarse.

Los dos hechos relatados y que afectan a miembros de las Fuerzas Armadas deben alertar a toda la ciudadanía, porque además de los uniformados hay civiles en medio de un conflicto armado interno que hace mucho tiempo, aun antes de que sea declarado oficialmente por el Gobierno, se sufre en las poblaciones fronterizas donde grupos narcodelincuentes siembran el terror y prácticamente las controlan.

Un militar murió y otros cuatro quedaron heridos durante emboscada en Sucumbíos

La emboscada y ataque que han sufrido miembros de las Fuerzas Armadas muestra la reacción de los grupos de delincuencia organizada. El Estado tiene la obligación de sacar a relucir su fortaleza y atender a quienes residen en las fronteras, donde se reporta la salida de lugareños por temor al secuestro y la extorsión, sin contar la muerte y riesgo permanente de que se reclute a más niños y jóvenes.

Publicidad

Es doloroso que hombres y mujeres que cumplen tareas de seguridad y control caigan en medio de la lucha por la paz. Por ellos y por la gente que clama seguridad los planes en beneficio del país no pueden tener tregua. (O)