Para mayo de 2025 se prevé que se inaugure una nueva cárcel de máxima seguridad, uno de los proyectos del presidente Daniel Noboa, quien acaba de mostrar la maqueta y ya tiene hasta el nombre.
El centro de privación de libertad estará ubicado a 20 kilómetros de la comuna Juntas del Pacífico, en la península de Santa Elena. Ocupará 16,6 hectáreas de terreno y contará con cinco pabellones con capacidad para 160 privados de libertad cada uno, en total de 800 reos. En el complejo se levantarán otros dos pabellones para el área administrativa.
Además, el centro carcelario tendrá cuatro canchas deportivas y un área para visitas y para que los privados de libertad se reúnan con sus abogados.
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En el acto de presentación del proyecto el mandatario adelantó el nombre: cárcel ‘del encuentro’.
El eslogan de su antecesor fue “El Gobierno del encuentro”. El nombre de la nueva prisión de inmediato se convirtió en tendencia en redes sociales. Resulta inútil para los intereses de los ciudadanos que se levante un nuevo frente político de discusión cuando se debe hablar de los beneficios de una obra que al fin y al cabo sale de los esfuerzos del mandante.
El cable internacional resalta que el presidente explicó el nombre porque allí se encontrarán los corruptos, asesinos, narcotraficantes, los delincuentes más peligrosos del país monitoreados en tiempo real y con el soporte de la inteligencia artificial.
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Precisamente en la parte final está lo importante: que el centro carcelario brinde las seguridades que requieren peligrosos delincuentes. Se ha difundido que este centro tendrá estándares internacionales similares a los de Oxaca (México) y ADX Florence Supermax (Estados Unidos).
Lo que verdaderamente importa a la ciudadanía es que la inversión de 52 millones de dólares traiga resultados y aporte a la seguridad del país. Una obra como esta no puede ni debe ser usada para levantar conflictos políticos y de eso todos deben asumir la responsabilidad. (O)
