Unas jóvenes golpeando cruelmente a otra que viste uniforme escolar y se cubre el rostro; un hombre ‘castigando’ sin medida a un muchacho en la sala de una casa; la imagen de mascotas maltratadas en terrazas o balcones... Son realidades que las redes sociales han vuelto virales recientemente y han ocurrido en Imbabura, Guayas y Pichincha.
Denuncian ataque a estudiante de Otavalo afuera de plantel
La crueldad humana está ahí. ¿Qué estamos haciendo como sociedad?, ¿qué hacen las autoridades? En estos casos puntuales, a través de las mismas redes se anuncian protocolos con las víctimas y se exigen sanciones para los victimarios.
Publicidad
Por la agresión en la ciudad de Otavalo (Imbabura), difundida el fin de semana, el Ministerio de Educación informó que da acompañamiento psicológico, emocional y legal a la estudiante agredida física y psicológicamente. La Policía Nacional anunció que activó a sus unidades especializadas para “recabar información a fin de solicitar medidas de protección para la víctima y continuar con la investigación del caso”.
Ministerio de Educación se pronuncia sobre la agresión a estudiante de un plantel de Otavalo
Es correcto que se actúe en cuanto se conoce un hecho, pero así como no todos los delitos se denuncian en el sistema de justicia, no todos los actos delictivos se vuelven virales y los que aparecen son una señal ineludible de que la inestabilidad emocional y la mala formación humana son un peligro vigente.
Publicidad
No se puede mirar a otro lado y menos tildarlos de hechos aislados cuando son cada vez más frecuentes los videos de acciones perversas... demenciales. Imposible dejar de mencionar denuncias de violación en las que están inmersos estudiantes de bachillerato.
Las investigaciones de todos estos hechos deberán terminar en sentencias. Del otro lado, es obligación de las autoridades sentar bases para que no se repitan.
Hay un problema social, inestabilidad emocional, malformación humana, que debe corregirse. Tenemos que unirnos para trabajar en conjunto, el Gobierno, la academia, el núcleo familiar, en la búsqueda de soluciones para contener una mayor descomposición que daña a todos. (O)