Independencia, democracia, constitución y libre determinación fueron los ideales de los patriotas que llevaron a Guayaquil a su anhelada independencia el 9 de Octubre de 1820.

La fecha constituye el comienzo de una serie de revueltas en distintas ciudades de la Real Audiencia de Quito (Cuenca, Guaranda, Riobamba, Latacunga) hasta culminar con la batalla de Pichincha, el 24 de Mayo de 1822, que expulsó a los españoles, detalla una reseña que el Ministerio de Cultura publicó en 2015.

Guayaquil cumple 204 años de independencia. Y sus hijos no han dejado de lado las luchas por las libertades y la democracia. Esta es una ciudad libertadora y aguerrida, que no ha dudado en elevar el lema “Guayaquil por la patria” cuando así se lo ha demandado. Que se levanta cuando las crisis la agobian.

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Hoy en la ciudad rige un estado de excepción por decreto ejecutivo, ante la crisis de seguridad; mientras, los racionamientos eléctricos golpean a la industria y a los comercios, actividades que sostienen a la urbe. En los colegios y universidades las clases son irregulares, se modifican horarios de acuerdo con el calendario que cada viernes ofrece el Ministerio de Energía y Minas.

Son los mismos problemas que aquejan al país y se podrían enumerar más, pero las lamentaciones sobran cuando lo que urgen son soluciones.

La relación entre el presidente de la República y el alcalde de Guayaquil está quebrantada. De hecho, el jefe del cabildo dijo públicamente que no cursaría invitación al mandatario para la sesión solemne. Y en las conmemoraciones de julio pasado ya hubo dos sesiones festivas, algo que se mantiene desde hace varios años.

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En un momento de crisis nacional es importante que las autoridades de elección popular sumen esfuerzos, que dejen de lado conflictos y prioricen el bien común. Los ciudadanos celebran a su ciudad y demandan madurez y unidad de sus funcionarios locales y nacionales. Guayaquil por la patria y la patria por Guayaquil. (O)