Vuelve al debate la polémica base naval de Guantánamo, donde se albergó a los migrantes balseros de Cuba o Haití atrapados en su intento de llegar a Estados Unidos en la década de los 90 y desde 2002 a los acusados de terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. La propuesta del presidente Donald Trump de llevar a indocumentados peligrosos allá se discute en diversos escenarios, pero él aclara que el traslado es para los peores criminales extranjeros que se instalaron en su país.
Hay preocupación en quienes temen a las redadas emprendidas por el Gobierno estadounidense. Un extranjero sin documentos en Ecuador, Estados Unidos u otro país se expone a la deportación. En todas las naciones hay leyes que deben cumplir.
Otra cosa es el trato humano para los deportados. De lo que se conoce no todos tienen pendientes con la justicia; de los que han llegado a Ecuador, aunque en el vuelo portaran esposas, son liberados en tierra y cuentan historias de dolor.
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BBC Mundo ha hecho consultas y el experto en temas migratorios César García Hernández le recordó que desde el gobierno de George H. W. Bush, Estados Unidos ha visto a la base militar de Guantánamo como una opción para trasladar a las personas que considera una amenaza para la seguridad del país.
La gran interrogante es cómo se definirá quién será trasladado al centro para detención de migrantes ilegales que estará en Guantánamo, ubicada en el extremo occidental de Cuba, a donde Trump anuncia enviar a 30.000 personas.
Se ha aclarado que no estarán en una cárcel sino en un área habilitada para migrantes, pero al mismo tiempo Trump señala que algunos “son tan malos” que no confía en que sus países los retengan.
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La Organización de las Naciones Unidas señaló que “la dignidad y los derechos de todos, independientemente del estatus migratorio”, deben respetarse.
Los Gobiernos a donde llegan migrantes expulsados tienen la tarea de dar asistencia y el reto de atender el engrosamiento del desempleo y otras falencias. (O)