El calendario electoral para el referéndum y consulta popular marca para este 1 de noviembre el inicio de la campaña por el sí y por el no que durará trece días. Es la fecha oficial, porque es conocido que en redes sociales la promoción de las opciones se inició con anticipación.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha difundido que haya hecho alguna amonestación al respecto. La pregunta es si el organismo esperará una denuncia formal para hacerlo, más allá de que en otros procesos ha declarado la insuficiencia de herramientas para controlar la virtualidad, donde no solo hay campaña sino desinformación, descrédito y demagogia.

Once organizaciones políticas y cinco organizaciones sociales fueron calificadas para participar oficialmente de la campaña, según el listado del CNE.

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De lo que decidan en las urnas los 13’938.724 electores, incluidos los que cumplen 16 años hasta el 16 de noviembre del 2025, depende si se cambia el marco constitucional que rige al Ecuador.

Es por ello que los actores políticos y sociales deberían tomar esta campaña con absoluta responsabilidad. No se trata de una elección por personas o un concurso de popularidad, sino del presente y el futuro por el que cada ciudadano debe responder sin manipulaciones.

Los argumentos y la claridad en lo que se busca cambiar o mantener tendrían que ser el marco en el que se desarrolle la campaña y no los pros y los antis que generan polarización, y finalmente no es información detallada de lo que se hará o se propone tras el próximo referéndum y consulta popular.

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Las 13’938.724 papeletas que recibirán los electores están prácticamente listas. Cuando estas lleguen a las manos de las personas habilitadas para el sufragio es deseable que se haya permitido una campaña respetuosa, sin violencia y que la información clara lleve a un resultado en el que triunfe la democracia.

El CNE tiene una obligación: hacer respetar la voluntad ciudadana y las normas que rigen para un proceso democrático. (O)