Estados Unidos es el principal socio comercial de Ecuador y uno de los esenciales inversores extranjeros del país. Este 29 de marzo el presidente Donald Trump recibe en su residencia de Mar-a-Lago (Florida) al mandatario ecuatoriano Daniel Noboa.

Aunque Daniel Noboa es candidato a mantenerse en el Ejecutivo para el periodo 2025-2029 y no es posible quitarle el membrete de postulante, la cita es y tiene que verse como una acción de y por Ecuador. Asiste como mandatario y los temas de la agenda competen a la figura del presidente y en beneficio de sus mandantes.

Daniel Noboa se reunirá personalmente con Donald Trump

Migración, comercio y seguridad son temas de interés para el país y sin duda las alianzas son clave para superar las crisis que afectan a la nación y fundamentales como desafíos globales. En ese marco el encuentro debe ser valorado y los resultados encaminados a mantenerse como compromiso de Estado, no como de personas naturales porque la presencia, en este caso de Daniel Noboa, es como mandatario de todos los ecuatorianos.

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El Decreto Ejecutivo 586 que declara en comisión de servicios a la comitiva que acompaña al presidente en Estados Unidos es claro: es una visita oficial, lo que implica que sus actividades se desarrollan en representación del Ecuador.

Daniel Noboa se reuniría con Donald Trump en Mar-a-Lago y no en la Casa Blanca

Se hace necesario insistir en el tema para advertir que una reunión con un socio importante no debe ser manoseada políticamente por ningún sector en nombre de la campaña electoral.

Los actores políticos, todos, tienen la obligación de diferenciar las actividades proselitistas de los compromisos como país, aunque haya un presidente-candidato, como admite la Constitución.

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¿Por qué es importante la visita de Daniel Noboa a Donald Trump?

La cooperación internacional permite fortalecer acciones nacionales sin perder soberanía. El comercio promueve la prosperidad económica y la situación de nuestros migrantes es una preocupación constante. Por todo ello la reunión entre los presidentes de EE. UU. y Ecuador –y sus resultados– es de interés e independientemente de lo que ocurra el 13 de abril en las urnas la relación debe mantenerse. (O)