En todo el Ecuador hay una cobertura del 65,8 %, que implica a las casas que tienen un inodoro que descarga el agua residual, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El cantón que menos alcantarillado tiene es Isidro Ayora, de la provincia del Guayas, con una cobertura del 0,7 %; mientras que el de mayor cobertura es Rumiñahui, en la provincia de Pichincha, con el 95,9 %. En tanto, las dos ciudades más habitadas del país tienen diferentes porcentajes: Guayaquil (83,5 %, en el puesto 10), Quito (95 %, en el segundo lugar). Hay decenas de municipios por debajo de estos últimos números, incluso hay más de 20 cantones con 15 % o menos de cobertura de alcantarillado.
Esta realidad se debe a varios factores, entre los que destacan la falta de planificación, el crecimiento desordenado, falta de acceso a financiamiento, mal uso de recursos económicos, así como las consecuencias de la corrupción.
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Expertos consultados han comentado que la planificación estratégica es crucial para evitar esas carencias, no solo de alcantarillado, sino también de red pública de agua (a nivel nacional hay una cobertura del 84,2 %) y otros servicios, como la recolección de basura (llega al 88 % en Ecuador). Tres servicios relacionados que permiten la prevención de enfermedades y otros problemas como la contaminación ambiental.
Es tarea de las autoridades, muchas recién en el cargo en los gobiernos seccionales y nacional desde este año, el planear correctamente frente a esta necesidad en deuda. Se deben buscar opciones (colaboraciones entre instituciones, academia, empresa privada, organismos internacionales) acertadas para mejorar estos números y ampliar los servicios a sus poblaciones. Un objetivo que no es fácil, sobre todo tomando en cuenta la situación económica del país (los gobiernos seccionales siguen exigiendo el pago de haberes al Gobierno central, que pasa por dificultades económicas), pero que es esencial para el desarrollo de una sociedad. (O)