La afectación de cultivos con la consiguiente disminución de la producción es uno de los efectos potenciales que advierte el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), con la alerta de que a Ecuador le esperan altas temperaturas diurnas a partir de este 22 de enero, hasta los primeros días de febrero.

La salud humana también está expuesta, sobre todo la piel, si no se usa la debida protección. El organismo refiere extrema alta radiación UV.

Tener las herramientas científicas para, al menos, estar informados de una situación climatológica permite a autoridades y ciudadanos tomar medidas. La anticipación con que se pueden obtener los datos e intercambiarlos entre las instituciones del Estado inmersas en un área es básica para la debida reacción.

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El caso particular trae varias interrogantes. ¿El Ministerio de Agricultura tiene la información detallada y puede generar o ha generado algún tipo de acción para aminorar los efectos? Las altas temperaturas responden, entre otros factores, a la progresiva disminución de la humedad en el ambiente, producto del ingreso de masas de aire secas y cálidas, según el Inamhi.

En materia de salud, ¿el ministerio del ramo está advertido para desde sus centros proveer información a la población?

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¿El efecto climático explicado por el Inamhi tiene relación con el calentamiento global? El Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica también está inmerso y comprometido, igual que los ciudadanos, a intentar frenar el daño que se causa al ambiente. La cartera tiene en su página web una calculadora de la huella ecológica que permite detectar y empezar a cambiar hábitos personales dañinos.

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La comunicación entre organismos del Estado que proveen información y toman decisiones es una herramienta valiosa para la prevención. Se conoce que en Guayas, Esmeraldas, El Oro, Los Ríos y Manabí se esperan las mayores temperaturas; en la región Interandina, además, habrá una extremadamente alta radiación UV. Corresponde cuidarse y cuidar al planeta. (O)