“Busca tus sueños”, “esfuérzate”, “da lo mejor de ti mismo”, “haz todo lo posible y aún más”. Son algunas de las frases que se encuentran en todas las culturas a modo de exhortos para la consecución de las aspiraciones de la gente, de las nuestras, de los otros, de todos. Tienen mucho de verdad y son axiomas, pero obviamente, nunca son suficientes por sí mismos, como nada lo es, pues siempre en cada momento confluyen una serie de elementos que están más allá de lo que puede resolver cada individuo. Sin embargo, la voluntad aplicada para conseguir el logro anhelado es parte insoslayable de lo que se precisa para llegar adonde se quiere, voluntad que puede ver afectado su poder de impacto si el individuo pierde ese enfoque y entra con vehemencia al análisis de lo que no está bien o puede ser mejor en su entorno. Claro que los responsables del mismo –del contexto social y organizacional– deben aplicarse a fondo para que sus objetivos específicos de gestión de un ambiente adecuado para los otros se concreten. Las metas de los unos son logros individuales y las de los otros construir y gestionar escenarios sociales que les permitan a los primeros alcanzarlas.
Las condiciones externas deben ser las apropiadas en familias, grupos y sociedades para que la proyección de los individuos que las conforman sea viable en las mejores condiciones posibles. No obstante, el entorno, que es el resultado de la acción de la ciudadanía, autoridades, sistemas sociales, económicos y políticos, no siempre es óptimo para todos por una serie de circunstancias relacionadas con una condición humana imperfecta y no siempre solidaria… pese al discurso y a las normas. Por esta consideración, el impulso y la visión personal juegan un rol definitivo cuando se trata de alcanzar metas en cualquier ámbito. La fortaleza, la perseverancia, la prudencia y las otras virtudes relacionadas con el pundonor y la eficiencia son referentes en todas las situaciones de vida, sobre todo en las críticas, representadas por ambientes negativos, tan a menudo presentes.
En el ámbito deportivo en nuestro país, los exhortos mencionados al inicio de este texto han funcionado para aquellos que han logrado cumplir sus altas metas: Olvera en tenis, Vera y Pérez en atletismo, Carapaz en ciclismo o Dajomes en halterofilia, mencionados a modo de ejemplo, porque hay muchos más. “Ve por tus sueños y lucha por alcanzarlos” es un axioma. El enfoque, el deseo, la pasión y la vehemencia para conseguir lo que se quiere es un factor indispensable para alcanzarlo superando circunstancias negativas, propias del individuo y también externas a él.
Estos exhortos-axiomas funcionan en todos los ámbitos, en el académico, en el empresarial, en el económico, en el familiar. También en el directivo y en el político, pues aquellos que en estos escenarios están guiados por la pasión de dar lo mejor de sí mismos en beneficio de la organización social, lo logran y son reconocidos por la sociedad y por la historia. Lo ideal para todos es que cada uno esté imbuido de su sueño personal y se aplique para conseguirlo… ¡la parábola de los talentos en acción! (O)