El debate dejó al descubierto las radicales diferencias entre Luisa González y Daniel Noboa, a pesar del encuadre dispuesto por el CNE favorable a que los candidatos se expresen en pastillas memorizadas. Corramos el velo de las ofertas demagógicas y dejemos al descubierto las estrategias económicas.

Noboa apuesta a la inversión privada para reactivar la economía. Alista una apertura petrolera, aprueba los permisos ambientales de las empresas mineras, da incentivos tributarios a las empresas que crean empleo, busca abrir el sector eléctrico a la inversión privada.

Las elecciones como suicidio colectivo

La inversión pública no es una alternativa: el país sigue agobiado por la deuda pública que dejó el correato. La carga de intereses es pesada, pero manejable; el problema es que los acreedores no están dispuestos a dar nuevos créditos para pagar los que se vencen. Por lo que el fisco tuvo que subir el IVA, requerir a las empresas grandes el prepago del impuesto a la renta, requerirles contribuciones especiales y colocarle certificados de tesorería a la banca privada. Y debe aplicar al servicio de la deuda externa todo dólar que le queda luego de pagar a la abultada burocracia.

Luisa González, en cambio, anunció que reducirá el IVA e incrementará la inversión pública. ¿Cómo puede superar con tanta soltura el problema fiscal? Tomando las reservas monetarias, explicó en la Cámara de Comercio de Quito. El problema es que no hay una reserva monetaria de libre disposición, o sea de fondos del Estado. Lo que hay son la plata que los ciudadanos hemos depositado en los bancos privados, parte del cual se deposita en el Banco Central. El Ministerio de Finanzas entregaría bonos al Banco Central y este le acreditaría dólares que no tiene. Correa ya lo hizo durante su mandato y nunca tuvo la intención de pagar los créditos. Esta operación está prohibida por ley, pero un nuevo correato no tendría reparos en tomar total control de la legislatura y cambiar la ley.

¿Qué tal el ‘tal debate’?

Esta sería una violación del compromiso con el FMI, por lo que se suspendería el crédito de las multilaterales, agravando la situación fiscal, lo que requeriría más crédito del Central. Aumenta la posibilidad que el Ecuador entre en moratoria de la deuda externa, y de ahí el alza del riesgo país luego del empate de la primera vuelta.

En el corto plazo el gasto público con el dinero de la reserva dinamizará la economía, pero la disposición del gobierno del dinero privado depositado en el Central requiere restringir a los ciudadanos propietarios de ese dinero a que lo utilicen solo nacionalmente. El Gobierno elevaría el impuesto a la salida de divisas; se restringirían importaciones, permitiendo solo las que las autoridades consideren prioritarias. Se limitaría la suma de dólares que puedan llevar los viajeros. Si la escasez de divisas llega a un nivel crítico, es concebible que se llegue a restringir el efectivo que puede retirarse de cuentas bancarias.

Todos gobernamos

El incremento del medio circulante, pero no de bienes y servicios en igual forma (por las restricciones a las importaciones) genera inflación. Este mecanismo utilizado durante el correato causó que Ecuador sea más caro que Colombia y Perú y desalienta las exportaciones y el turismo receptivo.

Nuestros dólares pasarían a parecerse a una moneda nacional, los ecuadólares que anunció la asambleísta Cabezas. (O)