Las necesidades de los diferentes sectores económicos y grupos sociales son innumerables, y muchas de ellas se han acentuado en el contexto actual. Al final del día, todo se resume en que los negocios, en especial las pequeñas y medianas empresas, puedan levantarse, vender más, recuperar rentabilidad, que las personas puedan encontrar un empleo o cambiarse a alguno que les provea mejores condiciones, que las familias consigan salir de la pobreza. Son desafíos complejos, todo está ligado a la coyuntura macroeconómica y las decisiones de políticas públicas que se tomen al respecto. En ese sentido, y sumándole las experiencias que he podido vivir desde que me dedico a la agricultura, quiero mencionar las cosas que se necesitan en mi sector, al menos las que considero las tres principales.

Agua: sin este recurso no hay agricultura. Es tan importante en varios sentidos que incluso lo hemos llamado el líquido vital. Y la cuestión es que, en varias zonas denominadas agrícolas, la escasez es acentuada y dramática. Las reservas y lluvias a veces son insuficientes, lo que complica –a veces de gravedad– el desarrollo de cultivares y con ello las fuentes de empleo y la producción de alimentos incluso para el consumo local. Las soluciones no son nada fáciles ni baratas e implican fuertes inversiones que individualmente pocos están en condiciones de hacer, por lo que una alternativa podría ser la colaboración y alianzas público–privadas para acceder a capitales extranjeros. El problema es que este tipo de inversiones no se pueden conseguir solo con desearlas, nuestro país debe crear un entorno atractivo para los inversionistas. Desde cosas pequeñas como exoneraciones de trámites e impuestos hasta lo transversal como lo sería la seguridad jurídica.

Fertilizantes: los agricultores tenemos el clásico problema del precio a la venta, ya sea porque estamos atados a los precios internacionales de los commodities o porque tenemos conflictos relacionados con los precios de sustentación locales, con lo cual siempre hemos tenido poco margen de acción en lo que corresponde a ingresos por ventas. Las decisiones que quisiéramos tomar para que tengan impacto en la rentabilidad deben estar por el lado de la optimización de costos y gastos, es decir, cuidar hasta el más mínimo centavo. Pero ahora tenemos un inconveniente que amenaza con volverse grave, y es el precio de los fertilizantes, que encarece la cadena productiva. No pido que haya un control de precios, porque eso no funciona, pero sí un mayor abastecimiento, quizás por el lado de la producción (que implicaría inversión público-privada también) o alianzas con países de los que se conoce son productores o mantienen reservas importantes de algunos fertilizantes claves como la urea.

Acceso a mercados: queremos vender más. Sabemos que Ecuador es un mercado pequeño, que el desarrollo se debe apuntalar en las exportaciones y que el crecimiento de estas está atado a la posibilidad de acceder con mayor facilidad a los destinos clave y ser competitivos con la calidad de nuestros productos, además de optimizar nuestros costos al final de la oferta exportable (cartón, fletes, etc.) (O)