En medio de las debilidades institucionales, el irrespeto al ordenamiento jurídico y el atropellamiento de procedimientos en busca de votos se desarrolla el proceso electoral, sin mirar el país, las acuciantes necesidades ciudadanas y el aumento de la inseguridad y la violencia en medio del conflicto armado interno.

La conducción de la Asamblea es una demostración de la peor expresión de la política, que en la definición presidencial del 13 de abril próximo solo busca escándalos, sin importarle el país ni la legislación que se requiere en materia laboral, social, de seguridad ciudadana, seguridad social, la niñez y la adolescencia.

Elegir

Penosamente se prestan organismos de control. La Contraloría del Estado tiene el mandato constitucional (artículo 211) y la obligación de controlar la utilización de los recursos públicos, pero hoy aparece muy ágil cuando en otros casos ha sido lentísima o ausente. El caso del pedido a esta Asamblea, que está en campaña, del levantamiento de la reserva de la adquisición de chalecos y cascos para FF.AA., en medio del enfrentamiento a los grupos delincuenciales organizados, el narcotráfico y la narcopolítica. Debe investigarse esa adquisición para determinar si hubo irregularidades y de ser el caso establecer responsabilidades, caiga quien caiga e incluso aportar a la investigación penal, pero no se podía generar suspicacias o raras coincidencias en medio del ambiente electoral que reina en la Legislatura, por lo menos hasta pasar la segunda vuelta, aunque finalmente desistiera el pedido.

En medio de la repulsa a la clase política, que solo busca el poder, sin solucionar los problemas de la gente, se esmeran unos sectores en definir posiciones y expresar respaldos a los finalistas. Consultores políticos advierten que un candidato o candidata que más alianzas haga o más respaldos políticos tenga, tiene menos opciones de ganar.

El derecho a decidir

El argumento se sustenta que en el mundo entero la gente detesta en general a la clase política y resulta una mala idea unirse, hacer alianzas o acuerdos entre ellos. Existe la antigua creencia de que hacer alianzas electorales es positivo y ofrece votos, pero eso no ocurre. Simplemente el electorado no sigue las directrices de los caciques o dueños de los partidos o movimientos. Más aún cuando observan incoherencias como ver a dirigentes que en sus movimientos (indígena) recibieron agresiones y palizas, persecución y hasta les quitaron su sede, pero deciden sumarse a esa causa, aunque no les hagan caso sus militantes.

Otro partido, que perdió su norte de aquellos grandes dirigentes y pro hombres, auténticos socialistas, decide sumarse a la candidatura del movimiento que cuando estuvo en el poder persiguió a destacados militantes. A un rector de una prestigiosa universidad. A otro militante, coordinador de la Comisión Nacional Anticorrupción, le emprendieron juicios como el que puso el corrupto Contralor de los 10 años de la revolución ciudadana y hoy está preso en una cárcel de Miami por lavar activos de todo lo que obtuvo de sobornos.

Ecuador exige coherencia y corresponsabilidad comercial

Se argumenta que en una sociedad moderna, de la revolución de las comunicaciones y la inteligencia artificial, ganan las elecciones aquellos que hacen las cosas de manera diferente, que se identifican con la gente, como hacen los políticos anticuados y demagogos, que forman parte del pasado oprobioso. (O)