El ministro de Turismo, Niels Olsen, anunció con alegría la emisión del Decreto 299 con que el presidente Daniel Noboa presenta la nueva Marca País bajo el lema “Brilla auténticamente” y el concepto ‘Expandiendo nuestra luz’. Las imágenes luminosas presentan las bondades naturales y humanas de un Ecuador donde no se visibiliza directamente a los afroecuatorianos; tal si se deseara extirparlos de la identidad nacional. ¿Por qué sucedería eso? ¿Acaso de manera tendenciosa se procura culparlo de la violencia e inseguridad? ¿Querrán camuflarlo para no espantar el turismo y la inversión foránea?

Pareciera persistir el estigma en un Estado con rezagos coloniales, racistas, que mantiene y alimenta sutilmente la idea de lo negro como factor negativo, resaltada en épocas de crisis. El año 2006 la periodista Cecilia Velasco lo testimonia cuando en el Mundial de Fútbol, ante la gran presencia de futbolistas afrodescendientes en la Tri, en contraste con pocos visitantes extranjeros en Quito, un taxista le comenta: “… en el exterior se ha de creer que todos los ecuatorianos somos negros” y que “por eso ha de ser que no hay tantos turistas…”. Desde el evento de Corea-Japón 2002 lo afro destacaba en la percepción de nuestra configuración etnorracial; sin concordar el promedio estadístico nacional. Antes de ello, el imaginario extranjero registraba solo lo indo-mestizo. Hoy la línea ecuatorial propaga su “luz”, ocultando uno de sus componentes humanos. No veo a la imagen de la fiesta cotopaxense, la Mama Negra, como reflejo de la esencia cultural del pueblo afro resistido, excluido, marcado.

Ecuador ya tiene nueva marca país para posicionarse a nivel local e internacional

Organizaciones de la negritud y la afrodescendencia están indignadas y molestas por el desdeño a su identidad, al esconder su cultura tras una mascarada con la intención de simbolizar una multiculturalidad exportable; sin embargo, esta se nota fingida, forzada, no integradora. Consciente o inconscientemente se trata de “blanquear” al Ecuador de un color incómodo para algunos. La anterior marca exhibía al mundo riqueza biodiversa, etnias, culturas en forma clara. La nueva desestima un elemento importante de nuestra historia viva. Algo raro, pues varios políticos y empresarios son custodiados por afroecuatorianos y han sido criados ellos y sus hijos por niñeras de la misma etnia, algunas pagadas con ingratitud y olvido.

La Constitución plantea un país intercultural y plurinacional, pero hoy no se observa representación afro en cargos gubernamentales de alta responsabilidad y toma de decisiones; algo más visible en administraciones pasadas. Sin desmerecer el sincretismo religioso y el mestizaje indo-afro-hispano, esta nueva propuesta tendría acogida de la comunidad soslayada si, además de las imágenes exhibidas, se los mostrara con sus danzas, su marimba (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), sus obreros, campesinos, deportistas, profesionales que son numerosos y también arriman el hombro para el desarrollo patrio. El Ministerio de Turismo debería rectificar esa omisión y cerrar pronto esa herida sensible en los colectivos afroecuatorianos. (O)