El país percibe una sensación de suficiencia en la producción de arroz de generalizado consumo nacional que asciende a 50 kilos per cápita, de alta calidad por el empleo de variedades superiores, mejoramiento técnico, sostenidos procesos de secado, buen descascarado y pulido, agregación de valor y óptima presentación, ofreciendo un grano que se ajusta a los requerimientos internacionales como para mantener un nivel futuro de exportación. Aun así, está muy distante de ser una actividad sustentable a la mayoría de campesinos por exiguos rendimientos y deficiencias de comercialización.
Los esfuerzos públicos y privados han sido insuficientes para lograr nuevos tipos con mejor productividad y aumentar rentabilidad como aspiran los eslabones de la larga cadena arrocera. En ese gran objetivo se inscribe la técnica denominada SICA o Sistema Intensivo del Cultivo de Arroz, ideada por el sacerdote francés Henri de Laulanié, en la isla de Madagascar, después de 20 años de observación y experimentación impulsada por la Universidad de Cornell, bajo la inspiración del doctor Norman Uphoff, vigente en Ecuador por el ingeniero agrónomo Jorge Gil Chang, de proficua contribución al sector agrícola, pero que no ha logrado popularizarla por ausencia de apoyo y promoción de gremios y autoridades oficiales.
La metodología se fundamenta en crear condiciones que faciliten a las raíces un desarrollo fluido, siempre sanas y robustas por una baja densidad (número de plantas por hectárea) con trasplante temprano, mayor contacto con el suelo, vigoroso desarrollo vegetativo, minimizando competencia entre plantas y malezas por luz, agua y nutrientes, labores complementadas con una fertilización orgánica y fuerte presencia de microorganismos benéficos en el sustrato, uso óptimo de riego y amplia aireación e inofensivo control manual de malezas, condiciones que estimulan la emisión de brotes. Recientemente ha sido potencializada con el uso correcto de maquinaria.
El 11 de octubre de 2008 marca la validación del proceso, cuando la Asociación de Productores Agrícolas 25 de Abril de San Gabriel, en el mismo corazón de Daule, capital arrocera ecuatoriana, donde dirigentes, socios e invitados constataron la bondad del sistema, con récord de 8,8 toneladas por hectárea seco y limpio; en tanto, en diario EL UNIVERSO del 6 de octubre de 2019, consignábamos que 34 países, ahora son 60, incluyendo híbridos de la República Popular China, han adoptado la tecnología. Es tanta la importancia que se ha dado al método SICA que está siendo patrocinado por la organización Fontagro, que cobija a todos los centros de investigación agrícola de América Latina.
Es inadmisible que, a pesar de su eficacia por productividad, costos menores (20 %), poca fertilización química, aporte a la conservación de suelos, mínima contaminación atmosférica, a diferencia de siembras en terrenos inundados, el país no se haya sumado con fortaleza a esta corriente solo colmada de beneficios sociales, económicos y ambientales, siendo únicamente el ingeniero Gil Chang y su equipo de colaboradores los únicos incansables difusores de esta provechosa técnica. (O)