Intento entender el concepto que el Gobierno de Daniel Noboa le da a su campaña sobre el “viejo Ecuador”, o el Ecuador sin viejos.

Tomemos el reciente producto publicitario del “reparto de la torta” entre burócratas encaramados en el poder –aunque bien pudo ser sobre reparto de hospitales o contratos de colación escolar o generación eléctrica en barcazas–. La narradora que aparece luego de una enredada disputa por territorios admite lo grotesco del guion, y dice que eso caducó.

¿En serio caducó? Deberíamos aclararlo luego que la Contraloría audite el contrato de generación suscrito con la barcaza de Karpowership por 114 millones de dólares, y que, pese a que no se había resuelto la adjudicación en su momento, la barcaza “anticipó” su viaje desde Turquía a Ecuador como si en realidad no le hubiese cabido ninguna duda de que se alzaría con aquel contrato.

Relatos que matan datos (I)

¿En serio caducó? Lo sabremos cuando culmine otra auditoría de Contraloría a la compra de etanol que se realizó entre el Estado y una empresa vinculada con Isabel Noboa, tía del presidente Daniel Noboa.

El relato que sí le funcionaría a la campaña contra el “viejo Ecuador” podría ser el del aparente trasfondo de las líneas políticas de Noboa: un Ecuador sin viejos. La estratégica desatención que se les da a los sectores de salud, educación y otros tiene ya muestras de insostenibilidad: una madre de familia implorando de rodillas, agarrada de las piernas del gobernador del Azuay, para que no dejen morir a su hijo urgido de tratamiento con diálisis; jubilados inhumanamente activados en las calles solicitando el pago de sus pensiones; empleados de hospicios otrora apoyados financieramente por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) impagos desde hace varios meses. (En Cuenca, el asilo de ancianos Cristo Rey convocó un bingo solidario, pues ya ni para alimentación tienen. Igual situación en el hogar Tadeo Torres, para niños huérfanos). Solo migajas.

Más de un año de deudas a las prestadoras de servicios médicos en la especialización de diálisis deja desprotegidos a cerca de 16.000 pacientes, en su mayoría ciudadanos que podrían ser considerados “viejos”. Son como 90 centros de diálisis que esperan que se les entregue algo más que migajas.

En contraposición, un puñado de funcionarios de alto rango exhibiendo lozanía y juventud en redes sociales, donde con sus actos proclaman la muerte del “viejo Ecuador”, pero con sus acciones y omisiones fomentan un nuevo Ecuador sin viejos: ministros con la ansiada eterna juventud desconociendo resultados de consultas sobre protección de fuentes hídricas del Azuay; reparto de migajas a la transportación, mientras el resto soporta la elevación de precios de artículos de primera necesidad por una gasolina más cara; desmantelamiento de la salud pública; agonía de un sistema de seguridad social al que le estorban los viejos; irresponsable manejo de las relaciones internacionales que casi nos mete en un conflicto con Rusia y nos alejó de México. Otra diáspora migratoria de quienes se quedaron al margen del nuevo Ecuador. Solo migajas.

Y en seguridad... Allí no hay migajas: hay cenizas. (O)