Por sus obras los conoceréis. Lo dicen la Biblia, los abuelos, los consultores, los opositores, los seguidores… Daniel Noboa, el presidente-candidato, se ha autoproclamado dictador de decretos, y así pretende gobernar cuatro años más.

Es la parte visible de lo que la historia llamará “su administración” al frente del Ejecutivo: decretos con los cuales privatizó negocios estratégicos, desterró a su vicepresidenta, terminó –pretendió terminar, en realidad– estiajes, nombró dos vicepresidentas, emprendió su campaña de reelección y hasta nos ha dado una presidenta nueva.

Hace un poco más de un año inició este periodo de dictados y dictaduras. Se registrarán como sus primeras andanzas la guerra interna no declarada con su vicepresidenta Verónica Abad. En esta desigual conflagración, a través de la cual ha descargado toda la artillería pesada del Ejecutivo, no buscaba solamente alejarla del país –por dictado de un decreto le encomendó la tarea de buscar la paz en el conflicto entre israelíes y palestinos–, sino apartarla del cargo al que la cuencana llegó por voto mayoritario en las elecciones convocadas para darle un reemplazo a Guillermo Lasso. Y para ello se sirvió de uno de sus brazos armados: el Ministerio del Trabajo, que pretendió suspenderla por 150 días; para variar, de forma inconstitucional.

Sin duda, ha tenido reveses en el campo de batalla política, pero no importa, revivirán la más rancia mala política: a pesar de que los reductos constitucionales que le quedaba a este país sentenciaron a favor de la cuencana para que le sea devuelto el cargo, retomó los abusos a través de nuevos dictados. Por decreto ha puesto dos veces en el cargo de vicepresidenta a Sariha Moya, y una vez a Cinthya Gellibert, quien además será esta tarde (y durante 72 horas iniciales), por dictado de un decreto, la flamante presidenta de la República del Ecuador.

Los decretos en materia de seguridad han mantenido a gran parte del país en vilo. Hemos pasado de la aparente tranquilidad con el permanente desfile de militares por las calles de uno de los países más inseguros del mundo, a críticas sobre las cifras. En el 2023 las cifras de muertes fue de 47,2 por cada 100.000 habitantes en Ecuador, y durante el 2024 la cifra fue de 40,2 por cada 100.000. Una leve baja que sigue muy por encima de las 28,4 muertes en 2022 y de las 14,7 de 2021, según cifras oficiales de esos años.

En 2024 la Policía dice que bajaron a 40 por cada 100.000 habitantes. Adicionalmente para el 2024 el papel de las Fuerzas Armadas pasará por el tamiz obligado de la desaparición forzada de tres adolescentes y un niño del barrio Las Malvinas, de Guayaquil. Desaparecieron en sus manos, y por presión social desmintieron la versión original del ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, quien dijo que fueron los grupos de delincuencia organizada los que se los llevaron. Y frenaron a raya la recomendación que quiso convertirlos en héroes nacionales.

Oscuros capítulos que de seguro se verán mejor con la distancia de los días.

¡Decrétese y publíquese! (O)