En las últimas semanas, ha sido noticia el canje de $ 1.628 millones de nuestra deuda por la emisión de un nuevo préstamo de $ 656 millones, lo que significa una reducción del stock de deuda de $ 972,74 millones y un ahorro del servicio de deuda de $ 1.121,54 millones. En razón de este canje, y su emisión de bonos azules, se destinarán $ 18 millones por año por 18,5 años a la conservación de las islas Galápagos. De esos $ 18 millones: $ 13 millones van directamente al financiamiento de proyectos de conservación y $ 5 millones van al fondo de conservación para proteger las islas Galápagos y su vida marina.

Gobierno anuncia canje de deuda por conservación de las islas Galápagos que generaría un ahorro para el Ecuador de más de $ 1.100 millones

Las Galápagos tienen un historial con respecto a nuestra deuda: En algún punto en la historia del Ecuador se propuso a Reino Unido venderlas para saldar la deuda contraída durante la lucha por la independencia. Felizmente esta iniciativa no prosperó.

La semana pasada se celebraron los 193 años del nacimiento de la República del Ecuador. Sin embargo, nuestra deuda externa es más antigua.

La deuda eterna

Luego de la Batalla del Pichincha de 1822, la República del Ecuador no existía. Lo que en ese entonces fue Ecuador por 8 años, tenía el nombre de Distrito del Sur de la Gran Colombia (antigua Real Audiencia de Quito), que estaba bajo el mando del Prefecto General que era el general Juan José Flores. El 13 de mayo de 1830, mediante un acta firmada por una Asamblea de Notables de Quito, se resolvió retirarse de la Gran Colombia, pasando a formar un Estado independiente.

La noticia del canje de la deuda no la borra ni la cercena, pero es una forma innovadora de reducirla.

Para 1830, año en que se produce la disolución de la Gran Colombia, la deuda inglesa era de 6′625.950 libras esterlinas. Cuatro años más tarde, en diciembre de 1834, se realizó el Convenio de Referencia en el que se estableció que de cada 100 unidades de las deudas y acreencias de la antigua Colombia, correspondían a Nueva Granada 50 %, a Venezuela 28,5 % y a Ecuador 21,5 %, es decir, 1′424.579,25 de libras esterlinas. La delegación ecuatoriana no asistió a esta reunión de reparto de la deuda de la independencia, que se considera injusto dado que la deuda fue contraída antes de la agregación del Ecuador a la Gran Colombia. Pero ahí quedó.

Entre 1834 y 1854 el Ecuador no pagó a los ingleses su deuda de independencia. Mediante el Decreto del 24 de noviembre de 1854 el Congreso Nacional reconoció 1′824.000 libras esterlinas a favor de los tenedores de deuda, en los nuevos bonos ecuatorianos de la deuda extranjera consolidada y en bonos ecuatorianos provisionales. Las garantías del pago fueron derechos aduaneros, patrimonios fiscales, terrenos, rentas alternativas y la acreencia del país sobre parte de la antigua deuda del Perú. Y el resto es historia. Nuestra deuda solo fue creciendo como bola de nieve y hoy suma más de $ 60 mil millones.

Moratorias y renegociación marcaron los últimos 98 años de deuda

Para cuando fuimos República, ya estábamos endeudados. Nacimos endeudados.

La noticia del canje de la deuda no la borra ni la cercena, pero es una forma innovadora de reducirla, abordando un desafío global como es la protección del medio ambiente. Se trata de la mayor conversión de deuda por naturaleza en el mundo y un acierto para la República del Ecuador que se acerca a la celebración de su bicentenario. (O)