Cuáles son los relatos que nos contamos a diario. Qué prevalece en los fragmentos de realidad que vamos acumulando. Al parecer todos tenemos historias inmediatas que narrar. Aguardamos y reproducimos líneas temporales, que a ratos se difuminan o se contagian de memoria. Y como sabemos, recordar es frágil e inexacto. Quienes estamos cerca de las ficciones sabemos que prevalecen distintas formas de narrar situaciones, en función, en su mayoría, de un lenguaje que pueda abarcar una realidad. Nos adherimos fácilmente al despliegue de material creativo. Como espectadores activos, sin duda, aprovecharemos la diseminación: haremos del texto o del audiovisual una herramienta para reconstruir, habitar o simplemente disfrutar de las posibilidades de las palabras.

“Quería crear una película que representara el deterioro de la relación de una pareja”, revela Justine Triet de ‘Anatomía de una caída’

Tal es el caso de Anatomía de una caída (2023), de Justine Triet. La cinta francesa que el año pasado se alzó con la Palma de Oro en el Festival de cine de Cannes y que actualmente cuenta con cinco nominaciones al Óscar, incluida mejor película. En los primeros minutos del largometraje conocemos a Sandra, escritora exitosa, que se encuentra dando una entrevista a una estudiante interesada en su obra. Las preguntas que se le hacen a Sandra son las que también ayudarán a condensar el sentido de la trama, la situación en la que nos estamos embarcando y que se resumirían en cuánto de realidad hay en sus ficciones y cuánto se basa en sus experiencias. El hecho inesperado llega cuando Daniel, el hijo de Sandra, junto a su perro Snoop, encuentran el cadáver de Samuel, padre y esposo. Desde ahí el espectador también se plantea la posibilidad de comprender el suceso inesperado: ¿muerte o suicidio? Las teorías van contrayéndose a través del relato de los personajes o, como en algún momento lo menciona Sandra, hay fragmentos que elegimos para contar, no es la totalidad.

¿Dónde puedo ver las películas nominadas al Óscar 2024?

Tal vez allí radica el poderoso material que nos ofrece Triet. Su cine ya lo ha hecho antes. En la cinta Los casos de Victoria, una abogada defiende a su amigo acusado de agredir a una mujer en una fiesta; la protagonista, una mujer con dos hijas, debe lidiar con un exmarido que está volviéndose famoso en la web al contar las vivencias profesionales de ella y que la llevan también a los tribunales. Desde ahí seguimos armando cuáles son las verdades, qué se acepta como tal y quiénes son los voceros de dichas versiones. En los tribunales, Sandra es exhibida e interrogada también desde lo que dice sus novelas, escenas que llegan a ser hasta divertidas. El fiscal leyendo un fragmento de su novela y apelando a las viejas tensiones literarias: ¡un autor no es sus personajes! ¡una novela no es la vida!, influye al jurado.

Anatomía de una caída confirma la opinión de la directora en una entrevista: “Lo que yo cuento es algo bastante universal, que es el hecho de vivir juntos... todo ocurre en una microsociedad”. Aterriza en un episodio de la vida en pareja, los reversos de los roles: mujer exitosa vs. hombre fracasado o el eclipse de quien tenía el control dentro de la convivencia.

La actuación de Sandra Hüller arrasa y convence. Veamos cómo le va el próximo 10 de marzo en la ceremonia de los Oscar. (O)