Un regalo natural tan especial y monumental. Desde mi perspectiva y posición los grandes pintores no dudarían en apreciarlo sabiamente. Hablo de lo que se puede observar desde lo alto de los límites de Samborondón (cerro de La Aurora), donde se aprecia un cuadro general, lleno de significado en cada elemento. La naturaleza y organicismo como parte de lo sereno y significativo en cada una de nuestras vidas, me ha llenado inmensamente el apreciarlo en su totalidad. Una fuerte identidad que se manifiesta físicamente y lo hace resaltar sobre todo lo demás.
Se puede observar organicismo en la ciudadela Estancias del Río, urbanización que limita Samborondón, su singular forma alargada que se dirige verticalmente hacia el río llega a crear un fuerte simbolismo que va de acuerdo con lo orgánico, no se ve invasiva en su distribución. Con su río y su pequeño estero, esta ciudadela se construyó usando como base el estero El Batán que la divide y delimita. El estero no fue ni tapado ni excluido, más bien fue fuente de inspiración de lo que sería en un futuro Estancias del Río. Una vez más la naturaleza prevalece, formando parte de un fuerte simbolismo y carácter.
Finalmente, lo que no puedo dejar de comentar es la cortina de bambú, que en mi opinión es lo más hermoso de la ciudadela, este elemento hace que el camino sea placentero, provocando paz desde el origen hasta el final de la ciudadela, además provoca un sonido ambiental natural.
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Tanta belleza natural debe tener su espacio de reconocimiento, aprecio y admiración. Solo puedo darle un tiempo significativo a lo que estaba al frente mío. Y la naturaleza ocupa espacio en mi mente y vida relevantemente como a muchas personas más. El respeto ante tan majestuoso poder y simbolismo debe formar parte de nosotros diariamente. (O)
Ana Calero Oleas, estudiante de arquitectura, Guayaquil