Los dos finalistas casi no tienen culpa de la farsa de debate, realmente el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el grupo que preparó las preguntas son los culpables, pues el formato y las preguntas no permitían más.

El costo de oportunidad de los debates presidenciales

El sentido común decía que deberían preparar el debate de tal manera que los problemas urgentísimos del Ecuador (seguridad, empleo e inversión extranjera) fueran tratados y nos digan: ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿con qué? los iban a solucionar. Qué mal señores de CNE y su grupo de “expertos”.

Por su parte, la moderadora solo fue lectora de preguntas y cronometradora.

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¿Quién ganó el debate presidencial?

Quienes hemos vivido todo el ciclo caótico del correato, sabemos lo prepotentes, abusivos y ruines que pueden ser. Su candidata demostró todo eso y más, se presentó casi tal como es, con sus groserías, risitas sarcásticas burlonas y muy chiltera.

El señor presidente fue demasiado calmado y prudente. Yo sé que él no se puede rebajar a contestar a una persona que empezó faltándole el respeto. Señora candidata Luisa González, frente a usted estuvo el presidente del Ecuador, no uno de sus amigos de barrio.

La patria primero

Desgraciadamente perdimos dos horas de nuestro valioso tiempo sin saber el ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿con qué? resolverán los problemas que vive el Ecuador.

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El esperado y ansiado debate no aportó para tomar una decisión, nos permitió ver la admisión de culpa de muchas fechorías y alianzas con el dictador Maduro.

Luchemos por un país libre y soberano. No permitamos caer nuevamente en las garras del totalitarismo, narcopolítica y cleptocracia. (O)

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Eduardo Proaño Paredes, Ibarra