Tal parece algo contraproducente o como una expresión actualizada a nuestros tiempos, a diferencia de otros momentos históricos, donde los libertadores en su mayoría de una república honorable y muy respetada como en otrora fue, ha sido y debe ser el pueblo de Venezuela, gracias a sus libertadores y precursores de la independencia venezolana y la de otros países subyugados del Imperio español en esa época. Fueron reprimidos por valientes hombres como el generalísimo Francisco de Miranda, el Gral. Simón Bolívar, Gral. Antonio José de Sucre, conjuntamente con Luisa Cáceres de Arismendi, Rafael Urdaneta, Santiago Mariño, Luis Brión, José Félix Rivas, Manuel Piar, José Francisco Bermúdez, Juan Bautista Arismendi, Pedro Camejo, José Gregorio Monagas, José Tadeo Monagas, Manuel Gual, José María España, José Antonio Páez; entre otros, como el Gral. José De Mires, Gral. José de San Martín, José Martí, defendieron los ideales de un pueblo aguerrido y rico en recursos.

Estos libertadores de Venezuela, pueblo hermano que nos dieron esa libertad, hoy necesitan de nuestro apoyo por tener gobiernos que nacieron de las masas, gentío y muchedumbres, sin conocimientos de gobernabilidad, para servirse del pueblo. Si se invoca a la ONU o la OEA de 1948 es arar en el mar. La frustración más grande de los pueblos oprimidos, considerados países pobres o en vías de desarrollo, como gran parte de los países de América Latina, por no disponer de funcionarios diplomáticos preparados.

Debemos hacer gala de nuestra libertad, de nuestras riquezas y de nuestros gobernantes, algunos impertérritos por las acciones que se están suscitando. Y otros conmovidos por estos sucesos inertes que no dejan prosperar a sus ciudadanos, que carecen de alimentos, seguridad, educación, libertad de expresión y de hermandad entre sí.

Publicidad

Los pueblos hispanos de Sudamérica han obtenido con mucho sacrificio esa ansiada libertad, con estos valientes hombres y mujeres, patriotas venezolanos. (O)

José Arrobo Reyes, economista y CPA, Guayaquil