Cuando al buda Siddharta Gautama le preguntó uno de sus discípulos en el lecho de su muerte su último consejo, este le contestó “sé tú mismo”. Dios nos dio a todos por igual un pequeño cerebro dotado de una descomunal inteligencia para que escojamos nuestro propio destino y nadie tiene el derecho sin nuestro consentimiento a decirnos lo que tenemos que hacer, eso posiblemente se pueda ver en el reino de los animales, a los cuales el instinto los obliga a reunirse para protegerse de las inclemencias del tiempo y de los enemigos.

La familia

No te conviertas en fanático ni un buscador de permisos. A mí jamás me gustaron ni el empresario explotador ni el gobierno explotador, siempre libre, independiente, luchador, peleando por mis ideas, por lo que mi inteligencia y mi razón aceptan.

El hombre tiene la facultad de escoger lo que quiere, para eso está la inteligencia. Hay que ver no solamente abajo, al frente y a los costados que por eso nos pusimos de pie; hay que ver para arriba ahí está la inteligencia, el Sol, la Luna, las estrellas, la eternidad, ese es el ser humano un ser que vino para ser el mismo y libre, sin cadenas de nadie porque lo que el otro tiene también tenemos nosotros.

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Los lobos seguirán la manada, los puercos el chiquero, las ardillas los árboles, las aves el aire, en cambio el ser humano es único y nació para ser libre no esclavo de nadie. Baltasar Gracián decía “visto un león están visto todos, visto un hombre o mujer solo está visto uno o una y además mal conocido”.

Puedes elegir mal es verdad, porque puedes escoger ser sicario, alcohólico, drogadicto, pero es tu desacertada decisión porque todos sabemos en el fondo de nuestra conciencia que esto es malo, por eso alguien dijo que la estatua de la libertad debería de ir acompañada de la estatua de la responsabilidad para saber escoger lo mejor, lo que más nos convenga. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro